Eran ya las 6:45 a.m. y el reemplazo no había llegado (claro, entraba a las 7); con afán se dirigió al piso contíguo, para pedir al compañero del mismo, que le "cubriera la retirada".... este asintió. Raudo, corrió a transportarse a su casa, y en el camino, divisó a lo lejos, los uniformes de sus compañeros, sobre sus flacas. Al llegar a casa, apenas, si saludó y se enfundó el uniforme (el mismo que acababa de ver con envidia en la carretera), y tomando un poco de yogourt, salió velozmente. Se dirigió a la vía que conduce a la capital, y subió por la pendiente que separa a Medellín del oriente; los primeros tres kilometros fueron rápidos, pero, a partir de ahí, pareció agotarse su reserva energética. Trasncurridos 8 km. de ascenso, escuchó el grito de un compañero que le decía "van por Guarne", y con alegría identificó a Pala, que se había devuelto. Continuó el penoso ascenso, coronando el alto, después de algo más de una hora, y siguió el camino, hacia San Vicente Ferrer, donde sabía, se encontraba "su gallada".
Más adelante, y antes del desvío que lleva a el municipio de destino, se sorprendió al ver, en sentido contrario, a El Profe, y Monito, que regresaban, y les interrogó por sus motivos, a lo que el primero respondió que tenía un compromiso temprano, y el segundo....guardó silencio avergonzado.
Después de desviarse, unas pequeñas rampas, parecieron verdaderos altos, y con no poca dificultad, las coronó, continuando hasta pasar por una finca, de la que salieron exclamaciones que no logró entender, pero que al desviar la mirada hacia su origen, le permitieron ver a Juangui, en su fastuoso uniforme, y en su finca.
Un poco más adelante, se detuvo a comer algo, en una fonda, en donde lo único que encontró fue gaseosa y pan, además de un montón de borrachos, que alborozados departían al son de musica de carrilera. Continuó, y con dificultad, tomó un nuevo ascenso, esta vez, más largo y empinado que los anteriores, con la fortuna, de ver al grupo completo de sus amigos, ya de regreso; sin siquiera pensarlo, y a pesar del látigo de la indiferencia que estos, se unió al grupo. Pocos metros más adelante, ya se había rezagado, por el paso impuesto por Tabares y Pantani, que llevaban la punta, aunque no hacían gran esfuerzo, lograron descolgarlo; afortunadamente, Paila, pinchó, y pudo reagruparse con ellos, en ese momento, saludando a El Capo, Villegas, Javierín, La Bestia, Leña, Juanca, Animal, Buriticá, y un invitado N.N. Al paso por su finca, se unió Juangui al grupo; de ahí en adelante, el terreno plano, hizo que se rodara con tranquilidad, y compartieramos el excelente clíma, que había sido prometido. Parecía, que el remanso de paz, sería permanente, pero a pesar de no sentir sus piernas, el temor de quedarse "sembrado" en el último repecho, hizo atacar al Médico, logrando conseguir una importante ventaja, que un poco más adelante se redujo con respecto a Paila y Tabares, quienes lo cazaron antes de comenzar el corto ascenso que los separaba del alto de La Sierra. Sus temores, se confirmaron, cuando apenas empezando la subida, vió impotente, como pasaban uno a uno, TODOS sus amigos, quienes parecían ir bajando, si comparamos su velocidad, con la del pobre náufrago...
Náufrago que gran sentido de la premonición tiene usted, me podría informar para el próximo Domingo qué uniforme llevo? chaqueta o bikini?...por nada del mundo permitiría que usted atendiera a un allegado en su turno de Sábado por la noche...los despacha con un "saque la lengua" para que no le interrumpan su siesta y poder repartir leña el Domingo!
ResponderEliminarque risa, buena naufrago
ResponderEliminarEl próximo domingo, un poco nublado, si querés, podés llever "la chubasquera", que en algunos trayectos, el piso estará húmedo.
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