Es casi una lástima ver a Quintana en los primeros lugares del centenario Tour de Francia, pero únicamente porque la mayoría de los cicloturistas que siguen atentos al pedalista nacional, no pueden o no se atreven a montarse en sus caballitos de carbono y salir a entrenar, pues no es posible perderse la emoción de ver a un ‘escarabajo’ ascendiendo con los mejores y casi siempre mejor que ellos.
Pues el ritmo se va perdiendo, mientras transcurre la tercera semana de la carrera más importante en el ciclismo mundial; el definitivo paso por los Alpes franceses, que ha sido y será el juez máximo para determinar quiénes ocuparán el podio al final de la durísima prueba por etapas; y se va perdiendo el ritmo, pero no entre los que compiten en la legendaria competencia, sino entre los tantos ciclistas que desde sus pantallas de televisión, hacen tanta fuerza como los jinetes que surcan las montañas europeas.
Los corazones se aceleran al ver al pequeño gigante de tierras boyacenses, que con el pundonor y fortaleza de una raza que después de todas las probabilidades en contra, se levanta orgullosa para demostrar que aunque sin ganar terreno en las pasarelas de Milán o Nueva York, gana de lejos cuando en lugar de belleza, lo verdaderamente importante se pone en contienda.
Ese enfermizo pequeñín que se niega a aceptar que era ‘demasiado pobre’, pues considera (como debe ser) que tuvo desde muy niño la más grande riqueza a la que puede aspirar el ser humano, el amor de sus padres y el ejemplo de seguir adelante con una sonrisa en la cara, a pesar de tener la adversidad como compañera intima; ese menudo deportista de tez autóctona de las montañas más altas de nuestra geografía, ese que nos muestra siempre una fascies de serenidad, nos ha dejado tan perplejos como optimistas y felices ante lo que ha demostrado hasta el momento.
Y es que ya no importa si las fuerzas se le acaban, sería una posibilidad real ante sus pocas carreras de
preparación y su corta edad; lo realizado en las dos y media semanas, es mucho más que suficiente para ratificarnos que estamos frente a un verdadero campeón, un luchador que dará más gloria al único deporte que sobresale en cada competencia internacional por nuestro país; se unirá al fastuoso clan de los Urán, La Ronca, Henao, Ospina, Duarte y tantos jóvenes que hacen posible seguir soñando.
Mientras tanto, quienes cada día madrugaban a mover las piernas alrededor de las bielas, continuaran madrugando, pero a ‘pegarse’ a la pantalla para ver las dos tremendas etapas de montaña que falta por recorrer en la prueba ciclística, y hacer fuerza para que nuestro pequeño maravilla siga demostrando toda su capacidad en el terreno de subida.
Será motivación para que los más osados, comiencen el entrenamiento a las cinco de la mañana, con el objetivo de terminar antes del inicio de la jornada correspondiente; y para ser sinceros, pocos esperaban tener tanto entusiasmo en el tour centenario hace apenas 20 días, cuando este estaba por comenzar, muy pocos esperaban tan descollante presentación de Nairo Quintana.
Ahora, viendo como se ha presentado el actual recorrido, podemos vaticinar que si Quintana continúa con ese golpe de pedal, seguramente lo veremos no solo defendiendo lo alcanzado, sino acercándose al segundo puesto de la general individual, y por qué no descontando más segundos al virtual campeón, como lo hizo en la mítica cima de Alpe d’Huez, cuando vimos a un Contador sabiéndose débil atacar en el descenso, y a un Froome actuando para las cámaras, con la excusa de tener hambre, cuando la realidad es que si le hubiese dado una ‘pájara’ de hambre, ningún gel lo hubiera podido recomponer tan rápido, solo no tenía piernas para seguir al nuestro, que se llevó a Purito a rueda.
Para mañana en la etapa 19, Quintana tendrá que junto a su equipo, estar pendientes de muy probables ataques desde lejos, y es que los que están más distanciados en tiempo, pero cerca en posiciones de la clasificación general, de seguro intentarán en el Col du Glandon y en Col de la Madeleine, lanzar un ataque que al no ser perseguidos por el Sky procycling, les permita la ventaja suficiente para intentar ganar la etapa, y descontar minutos frente a los más vigilados que los preceden en la general, nos referimos a Rogers, Fuglsang o el mismo Kwiatkowski.
Si ninguno de estos protagonistas se logra asir a la fuga que de seguro se formará en los primeros compases de la etapa, las cosas serán más relajadas para Quintana, pero solamente hasta el Col de L’Epine, donde entre Purito y los del Saxo-Tinkoff, querrán probar las piernas no solo del líder de la carrera, sino también del pequeño combitense, que deberá seguir demostrando ser un digno heredero de quienes antes de la llegada de los españoles llamaron Combita en chibcha a la “Fuerza de la cumbre”.
Pero donde definitivamente se desencadenará una lucha sin cuartel, será en el ascenso al Col de la Croix Fry, donde se definirá el selecto grupo que disputará el podio final de esta importante carrera, y si logran dar con todos los fugados, también el de la etapa; ahora, que si Nairo consigue estar con los elegidos, deberá cuidarse en el descenso del seguro ataque del polaco Kreuziger, y por si fuera poco, de llegar en lote, en el último kilómetro de la etapa, que ‘pica’ hacia arriba, también tendrá que responder al acelerón de Purito.
Como esperamos que nuestro representante pueda defenderse bien y salir victorioso de esta nueva fracción, será la etapa 20 la definitiva para las aspiraciones del colombiano, y será la oportunidad de poner el moño a tan brillante demostración; esperamos que la etapa del sábado trascurra de forma tranquila, por lo menos hasta el kilómetro 70, donde en pleno ascenso al Mont Revard, los ciclistas ávidos de alguna figuración, intenten tomar la ventaja suficiente que les permita pelear por la etapa, dentro de ellos sin duda, tendremos a corredores del Euskaltel y Ag2r; pero de seguro los primeros de la general, dejarán la revuelta para el último premio de montaña del presente tour, es decir para el Annecy-Semnoz que con sus 10.7 kilómetros, definirá completamente los puestos de todas las categorías de la carrera más prestigiosa del ciclismo en el mundo, y en donde deseamos ver a nuestro héroe, poner el colofón a su increíble actuación con la victoria de etapa.
Pues el ritmo se va perdiendo, mientras transcurre la tercera semana de la carrera más importante en el ciclismo mundial; el definitivo paso por los Alpes franceses, que ha sido y será el juez máximo para determinar quiénes ocuparán el podio al final de la durísima prueba por etapas; y se va perdiendo el ritmo, pero no entre los que compiten en la legendaria competencia, sino entre los tantos ciclistas que desde sus pantallas de televisión, hacen tanta fuerza como los jinetes que surcan las montañas europeas.
Los corazones se aceleran al ver al pequeño gigante de tierras boyacenses, que con el pundonor y fortaleza de una raza que después de todas las probabilidades en contra, se levanta orgullosa para demostrar que aunque sin ganar terreno en las pasarelas de Milán o Nueva York, gana de lejos cuando en lugar de belleza, lo verdaderamente importante se pone en contienda.
Ese enfermizo pequeñín que se niega a aceptar que era ‘demasiado pobre’, pues considera (como debe ser) que tuvo desde muy niño la más grande riqueza a la que puede aspirar el ser humano, el amor de sus padres y el ejemplo de seguir adelante con una sonrisa en la cara, a pesar de tener la adversidad como compañera intima; ese menudo deportista de tez autóctona de las montañas más altas de nuestra geografía, ese que nos muestra siempre una fascies de serenidad, nos ha dejado tan perplejos como optimistas y felices ante lo que ha demostrado hasta el momento.
Y es que ya no importa si las fuerzas se le acaban, sería una posibilidad real ante sus pocas carreras de
preparación y su corta edad; lo realizado en las dos y media semanas, es mucho más que suficiente para ratificarnos que estamos frente a un verdadero campeón, un luchador que dará más gloria al único deporte que sobresale en cada competencia internacional por nuestro país; se unirá al fastuoso clan de los Urán, La Ronca, Henao, Ospina, Duarte y tantos jóvenes que hacen posible seguir soñando.
Mientras tanto, quienes cada día madrugaban a mover las piernas alrededor de las bielas, continuaran madrugando, pero a ‘pegarse’ a la pantalla para ver las dos tremendas etapas de montaña que falta por recorrer en la prueba ciclística, y hacer fuerza para que nuestro pequeño maravilla siga demostrando toda su capacidad en el terreno de subida.
Será motivación para que los más osados, comiencen el entrenamiento a las cinco de la mañana, con el objetivo de terminar antes del inicio de la jornada correspondiente; y para ser sinceros, pocos esperaban tener tanto entusiasmo en el tour centenario hace apenas 20 días, cuando este estaba por comenzar, muy pocos esperaban tan descollante presentación de Nairo Quintana.
Ahora, viendo como se ha presentado el actual recorrido, podemos vaticinar que si Quintana continúa con ese golpe de pedal, seguramente lo veremos no solo defendiendo lo alcanzado, sino acercándose al segundo puesto de la general individual, y por qué no descontando más segundos al virtual campeón, como lo hizo en la mítica cima de Alpe d’Huez, cuando vimos a un Contador sabiéndose débil atacar en el descenso, y a un Froome actuando para las cámaras, con la excusa de tener hambre, cuando la realidad es que si le hubiese dado una ‘pájara’ de hambre, ningún gel lo hubiera podido recomponer tan rápido, solo no tenía piernas para seguir al nuestro, que se llevó a Purito a rueda.
Para mañana en la etapa 19, Quintana tendrá que junto a su equipo, estar pendientes de muy probables ataques desde lejos, y es que los que están más distanciados en tiempo, pero cerca en posiciones de la clasificación general, de seguro intentarán en el Col du Glandon y en Col de la Madeleine, lanzar un ataque que al no ser perseguidos por el Sky procycling, les permita la ventaja suficiente para intentar ganar la etapa, y descontar minutos frente a los más vigilados que los preceden en la general, nos referimos a Rogers, Fuglsang o el mismo Kwiatkowski.
Si ninguno de estos protagonistas se logra asir a la fuga que de seguro se formará en los primeros compases de la etapa, las cosas serán más relajadas para Quintana, pero solamente hasta el Col de L’Epine, donde entre Purito y los del Saxo-Tinkoff, querrán probar las piernas no solo del líder de la carrera, sino también del pequeño combitense, que deberá seguir demostrando ser un digno heredero de quienes antes de la llegada de los españoles llamaron Combita en chibcha a la “Fuerza de la cumbre”.
Pero donde definitivamente se desencadenará una lucha sin cuartel, será en el ascenso al Col de la Croix Fry, donde se definirá el selecto grupo que disputará el podio final de esta importante carrera, y si logran dar con todos los fugados, también el de la etapa; ahora, que si Nairo consigue estar con los elegidos, deberá cuidarse en el descenso del seguro ataque del polaco Kreuziger, y por si fuera poco, de llegar en lote, en el último kilómetro de la etapa, que ‘pica’ hacia arriba, también tendrá que responder al acelerón de Purito.
Como esperamos que nuestro representante pueda defenderse bien y salir victorioso de esta nueva fracción, será la etapa 20 la definitiva para las aspiraciones del colombiano, y será la oportunidad de poner el moño a tan brillante demostración; esperamos que la etapa del sábado trascurra de forma tranquila, por lo menos hasta el kilómetro 70, donde en pleno ascenso al Mont Revard, los ciclistas ávidos de alguna figuración, intenten tomar la ventaja suficiente que les permita pelear por la etapa, dentro de ellos sin duda, tendremos a corredores del Euskaltel y Ag2r; pero de seguro los primeros de la general, dejarán la revuelta para el último premio de montaña del presente tour, es decir para el Annecy-Semnoz que con sus 10.7 kilómetros, definirá completamente los puestos de todas las categorías de la carrera más prestigiosa del ciclismo en el mundo, y en donde deseamos ver a nuestro héroe, poner el colofón a su increíble actuación con la victoria de etapa.
Le pegué!
ResponderEliminarfelicitaciones Nostradamus Campos (y para màs pica también médico)
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