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lunes, 16 de abril de 2012

Puro ciclismo de verdad!

En un principio...
La ausencia del Capo y de dos de sus principales escuderos, es decir Profe y Zurriburri, produjeron intensa zozobra en el lote Marielo’; hubo comentarios inquietos sobre las posibles causas que conllevaron a la primera ausencia del año, de el ilustre jefe de filas del MCLRT.
La preocupación aumentó en la medida que se escucharon versiones según las cuales la mencionada ausencia tendría que ver con un bajo resultado deportivo del insigne miembro, quien desde hace mucho tiempo es referente en cuanto a la regularidad de su rendimiento, incluso siendo sin duda la “rueda a seguir” en los ascensos de gran envergadura. Conocedores del pundonor y templanza de Carlomagno, damos un parte de tranquilidad que será corroborado por este medio, de que la reaparición del Capo, será muy pronto, y con toda la fuerza a la que nos tiene acostumbrados.
Haciendo milagros...
Pero además de preocupación, la ausencia del líder, conllevó una feroz pugna por demostrar que se tenía tanto liderazgo como el susodicho, y el nutrido grupo que en principio rodaba con un ritmo relativamente laxo, encontró en el segundo desperfecto mecánico del Animal, una excusa para apretar el paso y rodar frenéticamente por la autopista norte; tanto  que a la altura del Parque de las Aguas, una verdadera serpiente de una sola cabeza fue apreciada por los transeúntes y por los ciclistas que veían pasar la caravana en fila india, que se dirigía rauda a Hatillo.
El grupo cambió de ritmo y estuvo a punto de desintegrarse tempraneramente, todo gracias a una marrullera y premeditada celada tendida por Urrao a un resucitado Tabáres, quien volvía a rodar con el combo después de una prolongada ausencia motivada en su cargo frente al club verde de la montaña;  el primero se valió de rodadores como Masajes, para lanzarlos a sabiendas que sus ataques, aunque serían infructuosos, serían neutralizados por el segundo, lo que llevaría a que este llegara debilitado al ascenso, que sería la sección definitiva de la etapa.  La treta hizo que se realizara ese trayecto en muy corto tiempo, y que todos los asistentes a la convocatoria dominical, gastaran buena parte de sus reservas energéticas en no perder la rueda del grupo; se vio intensamente activo a un ciclista que vestía un uniforme diferente al resto, y que después se supo que era el Médico, quien aprovechó la ausencia de la plana mayor del club, para equiparse de Sky.
Aunque el esfuerzo de todos fue mayúsculo para mantener la rueda de los rodadores, la llegada a Hatillo fue grupal, y Juandiego, Juanduque, Omarduque entre otros, se despidieron pues decidieron evitar el ascenso, para continuar por la vía que los llevaría a Barbosa; esto redujo el lote, que inició el ascenso con una provocación, a juicio de este reportero disonante o exagerada, que conminaba a Tabáres a demostrar “que tanto tiene”; y acto seguido, el grupo comenzó a disgregarse ante el fortísimo paso impuesto por el ‘rey de letras’, al que trataron inicialmente de unirse Oscarice, Pantani y el Animal, y un poco más adelante el
interpelado Tabáres, que forzó la marcha para tratar de dar cacería al punto de literalmente reventarse a la altura del kilómetro 9, por lo que se vio obligado a bajarse de la bicicleta, y al ver su situación, se devolvió en el acto.   Los demás continuaron la subida, cada uno regulando sus fuerzas, para no caer en la trampa, y esto hizo que llegaran uno a uno, al famoso alto del norte del valle de Aburrá.  Como era de esperarse, Urrao fue quien coronó primero, con la admiración de un joven ciclista foráneo que trató por todos los medios de sacarlo de rueda, y que terminó cediendo importante tiempo respecto al ilustre Marielo’; luego llegaría Pantani y como nos tiene acostumbrados, el Animal sería tercero, y Oscarice intentando reivindicarse lo siguió; luego los 17 pedalistas que llegaron a la cima en jurisdicción del municipio de Don Matías; en donde departieron alegremente y disfrutaron sus viandas y un merecido descanso.    El otrora rey de letras, nunca apareció en este sitio, y por informaciones fragmentarias de deportistas ajenos a la caravana, nos enteramos que hizo su regreso en compañía de Tabáres, incapaz de coronar la cumbre.
El descenso fue aprovechado por Médico para retar a Urrao, quien no respondió, perdiendo en la bajada cerca de 15 minutos con el primero; este a su vez, fue visto por Sancocho, Míster y Leña, cuando por el impulso que llevaba y al encontrarse con un camión parado mientras daba vía a otro que subía, fue a dar a la carrocería de este, deteniéndose al apoyar su cuerpo contra la palangana del vehículo, que transportaba cerdos, lo que hizo suponer que se iba a comer a los pobres porcinos, estando aún vivos; y mientras el osado miembro se empeñaba en descolgarse veloz, otros se detenían inteligentemente a disfrutar del paisaje y tomar fotos junto al Míster, que quería tener un recuerdo de tan hermoso lugar.
Una vez se reagrupó el conjunto Marielo’, y cuando el terreno sería menos inclinado, aunque naturalmente con tendencia al ascenso, pues se recorría a orillas del río en contra de su cauce; algunos integrantes, aprovecharon la falta de cabeza visible, para atomizar nuevamente el lote, y rápidamente se armó el Armagedón. El primero en lanzar su ataque fue el Animal, quien argumentó que debía llegar antes del medio día a su casa, pues debía asistir a misa; pero, Bedoya aprovechó para aumentar el ritmo, conocedor del retraso que produjo en Marín, por lo que le dio con todo, y seguido de Sancocho, Médico y Pala, formaron una grupeta de 5  miembros que logró alcanzar una importante luz con el resto del combo; sin embargo, atrás no se quedarían quietos, y Urrao, Pantani y Oscarice, iniciaron una feroz persecución, que hizo rezagar a Masajes y Chepelimón, quienes fueron los únicos que soportaron durante algunos kilómetros el infernal ritmo impuesto por estos, mientras los demás, simplemente rodaban a un buen paso, que sufría Marín, al apreciar que ya sería imposible dar alcance a los primeros.
Cuando la tripleta Urrao dio alcance al grupo de cinco, solamente Bedoya supo seguir el sostenido paso, que hizo alcanzar velocidades cercanas a los 40 Km/h, en los duros repechos de esta carretera, mientras los demás, simplemente hacían sus cálculos de llegar a casa.
A pesar del aparente desorden que reinó en esta jornada, la satisfacción mostrada en la cara de cada uno de los pedalistas, así como la camaradería y cohesión mostrada en el resto del itinerario, no dejaron dudas que fue una excelente expedición, que amalgama, si es posible, aún más este fantástico combo.
La única mancha, y es un concepto personal, fue el que no todos terminaron el recorrido, y si esto fue ocasionado en los retos personales, conminamos a cada uno a hacer una reflexión  sobre si tiene importancia ese tipo de actitudes, y de no ser así, como esperamos sea la conclusión, pues no se repitan y se eviten a toda costa las provocaciones dentro de este maravilloso grupo de AMIGOS.
Por último, y una vez más, mil gracias… y hasta la próxima.

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