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domingo, 15 de abril de 2012



A los 70 años, Cochise sigue siendo el rey.

El campeón mundial, recordista de la hora y ganador 4 veces de la Vuelta a Colombia, también le jaló al toreo, al esquí, pilotar avioneta y al aeromodelismo.


La tradición oral, su presencia en las carreteras y los medios de comunicación no han dejado que muera en el viejo baúl del olvido.

Los corredores jóvenes, por nuevos que sean, hablan de él como la leyenda que es.

Cochise es Cochise, con sus 70 años a cuestas, esos que no sabe cuándo cumplir, si el 7 o el 14 de abril, en una confusión que hasta él mismo acoge en su catálogo de memorias siempre frescas y dicharacheras. Y todo por cambiar la fecha de la cédula, para poner su nombre artístico de Cochise.

Aristóbulo Cala, Jonathan Millány Karol Torres son corredores que lo tienen presente. Incluso, el primero no lo conoce personalmente, pero su jefe de filas, Félix el Gato Cárdenas (GW-Shimano), se encargó de contarle que Martín Emilio fue campeón del mundo, recordista de la hora y ganador cuatro veces de la Vuelta a Colombia (1963, 1964, 1966 y 1967), con un récord de 39 etapas.


Y sigue tan vigente en la memoria del colectivo, que el mejor deportista del siglo XX, arrastra anécdotas como las de una monja que tuvo la osadía de parar la caravana de una Vuelta de la Juventud que partía de Mocoa, con tal de darle un beso y un abrazo, ese que esperó por 40 años.

O de los guerrilleros encubiertos que fueron hasta una tienda de Mocoa, para conocerlo, escucharlo y poder contar que alguna vez saludaron a un campeón mundial.

La celebración de sus 70 años empezó la semana pasada y se extenderá hasta finales de esta que comienza en medio de tanta gente que lo admira y recuerda.

En familia y al lado de su esposa María Cristina, los hijos, los suegros y la nieta Valeria lo acompañaron en un almuerzo como esos que tuvo hace años atrás cuando fue figura del ciclismo de Italia o ganador de decenas de etapas en la Vuelta a Colombia. Con pescado, lo que más le gusta; vino, algo de champaña y torta digna de cumpleaños disfrutó.

Martín Emilio Rodríguez Gutiérrez está entero. Perenne recuerdo en la gente que lo reconoce como lo que es: una de las máximas figuras del deporte de América, un fiel exponente del descomplique y del folclor nuestro. Digno sucesor de una cepa que duraba hasta los 96 años y más como sucedió con su madre doña Gertrudis Gutiérrez.

"Vivo feliz, porque el ciclismo me tiene saludable, pero no quiero pasar de los 80 años". Ahí está su vida, sin tener nada que ver con los negocios en los que le fue regular como con la venta de las bicicletas Cochise o con la ropa.

Tras su paso por la política, que le permitió conocer y ayudar a mucha gente durante los cuatro años que fue concejal de Medellín, no quiere saber más de ella. "A los políticos hay que dejarles que resuelvan sus cosas. Hay unos mentirositos y otros honestos que les gusta ayudar", expresa como queriendo pasar rápido la página.

Su puesto, que debería ser en el Olimpo de la fama, por encima del bien y del mal, sin tener que buscar un trabajo, lo tiene hoy en Coldeportes, entidad a la que fue vinculado por el director Andrés Botero , para que haga parte del programa Supérate.

¿Y por qué a estas alturas de la vida le toca mendigar un trabajo? "Le dejo ese trompo en la uña...", dice con cara de acontecimiento.

Sin embargo, añora estar al lado de los suyos: los ciclistas con los que ha convivido en los últimos años, cuando fue la cara amable, sonriente y optimista del cuadro de Antioquia. "Cuando pasa Cochise, es Antioquia la que pasa".

Sin embargo, en el velódromo o en las competencias, todo el mundo tiene que ver con él, porque la memoria ciudadana, ayudada por la de los hoy padres, sirve para recordarles a los jóvenes "él es Cochise y fue campeón mundial, recordista de la hora...", dicen a manera de letanía, señores y señoras a los pequeños que miran con inquietud a este corpulento hombre que es buena parte de la historia deportiva de un país.

Eso es lo que han visto Aristóbulo, Jonathan y Karol, quienes por medio de la tradición oral saben que Cochise sigue siendo el rey.

PARA SABER MÁS

Toreó vaquillas en La macarena

Torero. En 1964, antes de los Juegos Olímpicos de Tokio, Cochise y varios de los pedalistas seleccionados por Colombia, torearon en La Macarena algunas vaquillas, para ayudar a una obra benéfica de Medellín.

Piloto. En su época de campeón mundial le jaló a muchas cosas, incluso aprobó un curso de pilotaje de avionetas y obtuvo la licencia. Acumuló cerca de 250 horas de vuelo.

Aeromodelista. Una de sus grandes pasiones ha sido el aeromodelismo, el que practicó durante varios años en San Félix, Llanogrande, Bello y en cercanías de Sabaneta.

Esquiador. Como parte de su entrenamiento, acogió la práctica del esquí acuático y su amigo Andrés Botero le consiguió un paracaídas, para producir resistencia y ganar en fuerza de piernas.

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