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| Que se estaba fraguando?? |
Una esplendida mañana de domingo, parecía el presagio de otra excelente concentración ciclística del MLCRT; y con el mayor esparcimiento se inició esta memorable salida.
De manera distendida iniciamos el recorrido que nos conduciría al oriente antioqueño, subiendo por la autopista Medellín- Bogotá; y el médico, quien como por variar tuvo que perseguir al llegar tarde al sitio de encuentro, fue recibido con un comentario sobre su felonía con el Profe, quien debía recorrer la ruta que lleva al suroeste, es decir en sentido contrario, y por informes del primero, cambió el recorrido, que había sido programado junto al jefe de rutas, quien sin ningún problema lo cambió, por el informe dado por el galeno.
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| Mi nuevo uniforme. (Oscarice) |
En ese momento, no apareció ni un solo atisbo de rencor o mala intención, por lo que continuamos alegremente, para ascender la primera loma del día; y por más del 90% de la misma, todo fue alegría y júbilo; sin embargo, faltando tan solo un kilómetro para coronar la cuesta, un furtivo ataque de Pala, que fue seguido inicialmente por el Médico, causó una inesperada respuesta en Juandiego, quien aceleró velozmente para ponerse a rueda del primero, y esto ocasionó una verdadera debacle en el lote, a lo que Carlomagno respondió con un: “No pueden aguantarse!!”, que a primera vista no era más que el repetido reproche escuchado muchas veces por el pelotón.
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| El culpable ?? |
Como se conocía, en el alto nos reagrupamos, y todo pareció continuar de forma natural; el recorrido tuvo un ambiente ‘enrarecido’ a causa de un extraño viento en contra, que unánimemente se recordó nunca haberse sentido. Cuando se rodaba tranquilamente por el municipio de Guarne, el Médico recibió llamada de Leña, quien anunció que venía persiguiendo, por lo que se solicitó bajar el paso, y permitir que nuestro insigne integrante se fusionara con el resto de nosotros; y pareció entenderse el mensaje, pues al pasar por el antiguo hipódromo, el paso se distendió.
Sin embargo, como se supo posteriormente, Masajes, fue ‘cariado’ por Sancocho, quien al ver pasar a un ciclista corpulento, retó al primero a no dejarse, y ni corto ni perezoso, aumentó el ritmo, lo que hizo que el resto del grupo lo siguiera de forma inmediata, y en vista del fuerte viento de cara, todos queríamos seguir la estela del ciclista que nos precedía. Hasta ahí, no sospechábamos, que Carlomagno tenía planes de desviarse y dejar huérfano al grupo, si es que lo tenía decidido; lo cierto, es que al llegar a Aga-fano, sin advertencia alguna, dijo: “nos vemos!”, y giró a la derecha junto a Juandiego y Chepelimón; la mayoría de nosotros, ni siquiera nos percatamos del incidente, y solo se socializó la información en la entrada a Marinilla, donde se reagrupó el combo completo…
