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martes, 7 de abril de 2015

El primer día... fotos de Anita (hija de Leña)

El oriente antioqueño es por tradición un destino ciclístico en Antioquia, muchas de las clásicas locales trascurren por sus verdes paisajes y el grupo Marielo’ se desplazaba alegremente por estos lares; el pedaleo constante les permitió ganar kilómetros, mientras disfrutaban de la compañía mutua y compartían las expectativas de cada uno para este periplo que con más de 600 kilómetros, les permitiría acercarse cada vez más a su propio interior, con la vital ayuda de los compañeros de ruta.

Atravesaron campiñas de Guarne, Rionegro, Marinilla, Santuario, y después de disfrutar de la agradable vista de la planillanura alta, verde, mágica, se encontraron con el peaje que da inicio a la parte empinada de la carretera y que lleva al famoso Alto Bonito; allí, comienza a cambiar el paisaje y la vía se inclina hacia abajo, esto permite un descenso largo  que después de 12 kilómetros atraviesa la entrada al municipio de Cocorná en una curva de vaguada; poco más adelante, la neblina acompañó al lote por cerca de 6 kilómetros, por lo que el paisaje se tornó oscuro y la noche pareció hacer presencia a mitad de mañana, las espectrales sombras se confundían con el panorama y era difícil interpretar sus contornos, hasta que ya desde muy cerca se admiraba a esos hombres que cubiertos únicamente por valor, atravesaban la bruma como ángeles rodados.

A esta altura, ya Monstruo y Barriga habían hecho el retorno despidiéndose y  deseando la mejor de las suertes a sus compañeros, por eso, el grupo completo estaba formado por 21 pedalistas a falta del Yerno, quien llegaría en horas de la noche al primer destino para continuar el recorrido en bicicleta, se pensó entonces que con este valeroso integrante podría llegar el aparentemente compungido Pala, pero a través de las redes sociales, informó que no intentaría hacer dicho recorrido en carro, pues había riesgo de que su flaca sufriera algún daño, todos entendieron pues la percepción de desgracia es inherente a nuestro estimado amigo, es más debería ser este su epíteto Yeta y no Pala.

Al atravesar las nubes que se encontraban sobre el pavimento, se pudo apreciar un bellísimo paisaje que incluye el famoso bosque húmedo tropical, donde los altos árboles de ramas verde oscuro intenso comenzaban a iluminarse por el brillo del astro rey que lentamente escalaba la cima de la alta montaña de la cordillera oriental para iluminar la cordillera central, por donde transitaban.

Ya estaba cerca la zona de alimentación y al llegar al punto destinado para esta, la alegría era plena y la camaradería explotó al poder compartir las sonrisas de frente y no solamente en forma lateral como se logra en carretera; como era de esperarse, los más hambrientos fueron el Profe, Morales y Gorila, quienes consumieron sus platos ávidamente, mientras otros aprovechaban para acomodar sus bebidas, comidas y extraños sobres de diversos colores que llevaban en los bolsillos, en eso sobresalió Vampirín que los llevaba repletos.  Quienes fueron acompañados por familiares, aprovecharon para compartir su primera parada en carretera con ellos, y se les vio muy felices de hacerlo, estaban ahí, Hormiga con esposa y dos hijos, Profe con esposa e hijo, Carlomagno con hija, Leña con hija, Médico con esposa y Gaviotini con su señora.



Pero, debían continuar rodando y por eso apuraron los últimos sorbos, para reiniciar la rodada, atravesaron La Piñuela en jurisdicción de San Francisco y luego San Luis, para llegar al fondo del valle que forma el rio Calderas, lo que significó que la ruta nuevamente se tornó empinada, “lo ‘maluco’ de bajar, es cuando se termina, porque hay que volver a subir”, se escuchó comentar.

Son dos exigentes repechos los que se deben superar en esta zona, el primero de cerca de 10 kilómetros que hizo que comenzara el sufrimiento para los menos preparados, aunque al ser tomados con relativa calma, permitieron mantener el lote íntegro, solamente Monito acusó cansancio y los ‘cuchos’ percibieron la dureza de la jornada, claro que de ellos el que más sufrió fue el Ingeniero, que mencionó un dolor en el dedo de su pie izquierdo como pretexto para intentar un abandono, pero drásticamente fue recriminado por María y no tuvo remedio que seguir pedaleando como lo estaban haciendo Confite, Rastrojo, Anita y el Alcalde hasta este punto.

Adelante el grupo comenzó a desgranarse y quienes decidieron no esforzarse más de lo estrictamente necesario perdieron la rueda, formándose entonces dos grupos, el de cabeza comandado por el Gringo, donde se mantuvieron Hormiga, Bedoyeta, Vicario, Vampirín y Leña, unos metros más atrás rodaba la Gringa y el Médico y en un segundo Lote se acomodaban Gorila, Carlomagno, Sancocho, Zurriburri, Sigilo, Morales, Profe, Gaviotini y un poco más atrás Monito.

Superados los dos premios de montaña, el descenso hacia Puerto Triunfo fue raudo, el clima que acercándose al mediodía ya era muy caluroso, les hizo querer llegar al final de la jornada prontamente; aunque el paisaje a esta altura ya es más árido y los altos bosques son reemplazados por arbustos de verde claro y dorado, la humedad es intensa, lo que hace que el calor se adhiera intensamente a la piel para dar la sensación de un calor infernal; por eso, el descanso programado para reagruparse fue bien recibido y en plena entrada al hermoso cañón de Rio Claro, degustaron complacidos un refresco que supo a gloria.

A pesar de los más de 150 kilómetros superados y la emoción y alegría que desbordaba los poros, todos se quejaban al unísono; cada uno tenía un argumento válido, que el calor intenso, que la deshidratación, que el dolor en la espalda, que las manos, que los pies… en fin, cada quien siente e interpreta el cansancio a su forma, lo cierto es que faltando aún 25 kilómetros de recorrido y sabiendo que tendrían unos cortos pero recios repechos, todos podían sentirse aliviados por el reto cumplido, por lo que aunque había lamentos por doquier, el ambiente fue siempre festivo y la felicidad compañera de los ciclistas y sus acompañantes.

El resto del recorrido fue alegre y aunque con sufrimiento en las partes de la vía que se inclinaban hacia el horizonte, el trayecto fue superado sin afugias para llegar al lobby del hotel en perfectas condiciones y dando gracias por tan extraordinaria jornada; allí, el primero en arribar no podía ser otro que el Monito, quien ante su famélica actuación había decidido no detenerse en el sitio de reunión de Rio Claro y al continuar la marcha sin esperar la reunificación, se adelantó lo suficiente para reclamar la no merecida y menos reconocida victoria.

Una vez se hizo la asignación de habitaciones, tomaron una refrescante ducha y salieron de inmediato a almorzar, encontrándose en el restaurante que les brindó una muy buena carta para reemplazar las energías entregadas a la ruta y de esta forma iniciar la recuperación con miras a la segunda jornada que para quienes no conocían se mostraba mucho menos agresiva, pero para quienes la habían recorrido con anterioridad, sería un nuevo escollo difícil de superar, a la mañana siguiente, rodarían hacia Mariquita en el departamento del Tolima, por lo que sabían que deberían atravesar predios de los departamentos de Antioquia, Boyacá, Caldas y Tolima… la ansiedad no era lo único que deberían superar!

La madrugada del jueves santo, Yerno fue el primero en levantarse, aún creía estar soñando pues ya entrada la noche anterior había llegado al hotel donde los demás pedalistas comentaban sus sensaciones en la primera etapa del tour 2015, pero había realizado el recorrido en carro, por lo que no tenía la sensación que todos los demás llevaban en las piernas, por eso, solamente el calor húmedo de la mañana le aseguró que si, que estaba en Doradal y que sería de la partida en la segunda etapa de la vuelta Mariela’.

Se apuraron en ingerir alimentos de diversos tipos, pero todos buscando que contuvieran proteínas y carbohidratos, conocedores de la importancia de dichos nutrientes en el desarrollo del potencial muscular que sería puesto nuevamente a prueba en esta etapa de transición que sin embargo, no se podían despreciar los más de 125 kilómetros que los separaban de la meta del segundo día, el día de la última cena.

Fotos, hija de Leña. Click aqui!!!

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