Era
una mañana fría, la lluvia que se precipitara en la madrugada anterior mantenía
el pavimento mojado, por lo que hubo algunas dudas en el momento de salir de
casa; habían pactado una ruta conocida, que después de tantos años era ya una
verdadera tradición, aunque aquella lejana primera vez, el recorrido finalizó
en el casco urbano del bello municipio que aunque más conocido por los
personajes (buenos y malos) que surgieron en él, es la tierra del tigre… el
tigre de Amalfi.
Los
morrales se apiñaban en la silla posterior del vehículo, por cuanto la maleta
del mismo se encontraba llena con los alimentos que harían parte del menú que
disfrutarían en las siguientes 24 horas; eran 19 los ruteros que se dirigían al
nordeste del departamento, pero al comenzar a rodar, algunos invitados se
unieron al lote con la intención de hacer parte del recorrido, entre ellos se
encontraba el Míster, el mismísimo Alan que según se rumoreó, no quiso hacer
parte de este recorrido y decidió ir hasta el alto de La Quiebra y regresar a
casa el mismo día.
El
avance se vio retrasado por algunos inconvenientes técnicos de salida, y más
aún por la hiperpericia del mecánico de turno, quien ante un pinchazo del Yerno
de forma diligente cambió el neumático y entregó su trabajo saliendo raudo en
busca de otra labor, pero como quedó demostrado, la ineptitud es la mejor
compañera de este pajarraco mecánico, pues tan pronto el implicado quiso
ponerse en camino nuevamente, una explosión demostró que la llanta había quedado
mal montada y se dañó el neumático quedando varado una vez más.
Superado
este infausto incidente, el camino se abrió a las ruedas de nuestros heroicos
ciclistas, no así el cielo que se mantuvo encapotado la mayor parte de la
mañana de este veraniego sábado de febrero; claro que eso no impidió que
disfrutaran el camino y el bello paisaje que rodea el recorrido del río
Medellín hasta convertirse en el Porce, justamente a la altura de la zona
referenciada con este nombre, se hizo la consabida detención para la ingestión
de nutrientes.
Por
cuestión de gustos, unos tomaron las viandas en el tradicional Punto y aparte,
mientras los demás lo hicieron en el restaurante de al frente, aún no se sentía
resentimiento en las piernas, aunque habían llegado aproximadamente a la mitad
del camino de esta exigente jornada; la alimentación fue moderada, aunque para
no desentonar fue copiosa en el caso de algunos que no pierden la oportunidad
para ‘atragantarse’ con todo lo que encuentran a su paso. Al cabo de unos minutos, cuando se disponían
a reiniciar la marcha, vieron sorprendidos como en el fondo de alguna
caramañola se podía ver un extraño sedimento que ocupaba un importante
porcentaje de la misma, sin embargo, la dudosa explicación indicó que se
trataba de un poco de sales de magnesio que se habían anexado a la bebida.
El
paisaje montañoso da paso a una planillanura extensa que bordea al río Porce y
que permite apreciar colinas verdes con pastizales que disfrutan cientos de
semovientes complacidos por el estupendo clima, que sin ser soleado, mantuvo una
fresca temperatura muy conveniente para el disfrute de la bicicleta, por eso
los ánimos permanecían encumbrados y la camaradería volvió a ser la principal
compañera de los siguientes 60 kilómetros, cuando se rodó sin más pretensiones
que disfrutar de la compañía y ganar metros al camino.
Ese
es el verdadero ciclismo que ha caracterizado al grupo desde sus inicios, es el
que permite disfrutar sin tensiones de la más maravillosa creación del ser
humano, la bici. Infortunadamente en las últimas temporadas, tal vez por la
crisis de los años, hemos caído en el torpe hábito de competir entre nosotros,
incluso con la necia obstinación de valorar resultados que solamente son
importantes para quien los hace, por esa razón conminamos a todos nuestros
apreciados colegas a renunciar definitivamente a esa práctica sosa que
únicamente demostrará el insulso orgullo que algunos profesan y el magro estado
de forma de la mayoría de nosotros; si alguno duda de su pobre desempeño
ciclístico, podrá demostrar lo contrario en una de las tantas carreras para
viejitos que realiza la asociación de ciclismo.
La
avanzada etapa llegó a los kilómetros de ascenso y desde las primeras rampas el
sol castigó con fuerza al lote Marielo’, sin embargo, el ritmo impuesto por los
competitivos fue tan intenso que terminaron subiendo en forma individual e
incluso los últimos kilómetros pasaron factura haciendo reducir
significativamente el ritmo y las fuerzas para pedalear, tanto que hay
sospechas de nuevas prácticas ‘non sanctas’ con ayuda de vehículos motorizados;
es completamente innecesario, pero con los antecedentes y las ganas de ‘ganar’
no podemos asegurar nada, estaremos atentos a las decisiones de los tribunales
al respecto.
Como
gladiadores enfrentaron la montaña y la vencieron, con algunas pocas
excepciones todo el contingente Marielo’ se reunió en el alto de Montañita a
celebrar la victoria en este nuevo reto; pero mientras compartían animadamente,
el cielo se tornó gris y tan rápido como ingerían sus bebidas, la madre
naturaleza dejó caer sus primeras lágrimas, tal vez por el sentimiento que
produjo la sana disputa sobre quien había subido mejor, queriendo entonces
acabar de tajo la insulsa discusión.
Por
eso, se apuró el paso y el descenso se hizo con el agua en la espalda, pero no
precisamente cayendo en la espalda, sino persiguiendo al grupo, alcanzando
primero a quienes justamente por ello, decidieron resguardarse el pequeño baño
de una casa a orilla de la carretera, el cual estaba adornado con la ropa
interior del propietario de la misma, cosa muy disfrutada por la única fémina del
grupo.
Otros
enfrentaron el chubasco y hubo quienes se detuvieron en el mismo inicio del
ascenso, lugar llamado “El Mango”, pero finalmente todos fueron llegando al
sitio final de destino, no sin antes tener que enfrentar la aunque corta, dura
cuesta que les permitió ingresar al famoso Tablón, donde pudieron por fin
descansar.
La
tarde continuó húmeda por lo que decidieron reunirse en el patio de una de las
casas asignadas al grupo, departiendo y ‘chacotiando’ para disfrutar de la
compañía mutua y seguir fortaleciendo los ya fuertes lazos que mantienen unida
esta enorme familia; algunos para no perder la costumbre decidieron a pesar de
las recomendaciones médicas, hidratar con etanol en diversas presentaciones,
incluso midieron los recipientes para reemplazar sus caramañolas en la jornada
de regreso al día siguiente.
La
cena con el tradicional ‘asado’ y el descanso fueron la recompensa a un exigente
esfuerzo, pero en la compañía de nuestros especiales compañeros y amigos,
solamente fue el momento de recuperar fuerzas corporales para enfrentar
nuevamente los kilómetros que nos condujeron de regreso a casa.
La
mañana mostraba sus intenciones veraniegas y los primeros rayos de sol chocaban
contra las lejanas montañas que separan el valle del Porce de municipios como
Guadalupe y Carolina del Príncipe, y la crema bloqueadora no podía faltar en la
piel expuesta de los ruteros que iniciaban una nueva jornada.
Las
caras de satisfacción contagiaban a quienes aún tenían trazas de sueño y el
opíparo desayuno restableció las energías para pedalear con ahínco hacia
nuestro hermoso valle de Aburrá; la foto reglamentaria y las bromas continuaron
dando un toque mágico a la jornada y las sensaciones en las piernas auguraban
un feliz retorno.
Nada
cambió el ambiente festivo de la jornada, que incluso se enriqueció con la
aparición de dos compañeros más, quienes rodaron desde Medellín para unirse al
combo en el regreso haciendo más de 200 kilómetros en una sola jornada; los
demás harían 300 pero en dos jornadas, siendo la primera más larga al incluir
el ascenso mencionado hacia el municipio de Amalfi, y consecuentemente el
descenso para llegar al lugar de destino.
Después
de dos días de compartir la pasión por el mejor deporte inventado hasta el
momento, la despedida no fue triste sabiendo que es temporal y muy corta, pues nos
esperan nuevos retos y conociendo la solidaridad y compañerismo que nos aguarda
al interior del lote, solamente estamos ansiosos por que comiencen pronto;
gracias a cada uno de los valientes compañeros de ruta y el abrazo extensivo a
sus familias, ellas hacen posible estas escapadas de felicidad!
* Las 250 fotos. Dar click aquí, para ver las FOTOS.
MEDICO EXCELENTE CRONICA ES EL SABOR DESPUES DE DEGUSTAR LA BICICLETA Y SUFRIR CON GANAS POR EL DEPORTE QUE NOS REGALA LA PASION DEL DISFRUTE DEL PEDAL
ResponderEliminarCochito sos el mejor, despues de XIOMARA!!!
ResponderEliminar