La preparación de Fritanga! |
Un destino ya tradicional en las salidas ciclísticas del
MCLRT, es el municipio de Amalfi, específicamente en El Tablón, donde después
de 168 Km, compartimos siempre un delicioso asado. Pues la última visita del presente año a este
sitio se realizó el pasado 24 de septiembre, sin que se hubiesen publicado las
incidencias de la misma, por lo que para los nostálgicos, esta es la crónica.
Los destellos de los relámpagos y el ensordecedor sonido de
los truenos, hicieron pensar a los más ansiosos Marielo’s, que la salida podría
dañarse; pero eran tan solo las 3 de la madrugada, así que no tenían nada que
estar haciendo despiertos y eso lo sabían otros, quienes dormían plácidamente
sin preocuparse del factor climático. Por eso, a las 5:30 a.m. se encaminaron
al sitio de encuentro, la mayoría con enormes morrales a cuestas, y con la
convicción de sacar lo mejor de sí, para que esta experiencia fuese
gratificante para todos, lo que sin lugar a dudas, se consiguió.
Aunque el piso aún se presentaba húmedo, no faltó quien se
arrodillara sobre el pavimento, y cuando creíamos que haría una oración, vimos
como sacó un extraño sobre con el que preparó en su caramañola un compuesto
burbujeante y espumoso (ver fotos), que al hacer contacto con el suelo perforó
el pavimento sin consideración alguna; pero ese fue solo el comienzo, porque
para evitar un desgaste mayor, el Monito decidió no recoger con tiempo la
alimentación y con esta excusa, se subió al carro con Lukas, sin haber
comenzado el recorrido, dizque para ir hasta el sitio donde se preparó el
suculento plato, de esta manera inició el recorrido cuando el grupo ya se
encontraba en el kilómetro 40 de la travesía.
El vehículo acompañante en este trayecto, fue entonces el de
la Hormiga, que prestó colaboración en el único percance técnico que presentó
el grupo, a la altura de Girardota, cuando el invitado Gustavo (Cranky), tuvo
un pinchazo en su rueda trasera, siendo auxiliado además por Cuneta, quien en
moto hizo un acompañamiento, que a la postre fue esencial para el afortunado
desarrollo de las dos etapas.
En este impase se pudo apreciar la excelente disposición de
todos, pues a excepción de los “veteranos”, todos se detuvieron a esperar la
desvarada, para continuar la marcha a un paso sostenido que permitió el
disfrute total de un clima maravilloso para la práctica de nuestro deporte,
pues sin que apareciera el sol en forma directa, la gran cortina de nubes hizo
que la temperatura fuera agradable al paso por los municipios del norte del
área metropolitana; ya muy cerca de llegar al pueblo de la piña, apareció en
bicicleta el Monito y se acabó el silencio cómplice, para dar paso a una
perorata infinita, que como siempre saca risas a quien la escucha.
Después de pasar por el basurero, las primeras inclinaciones
aunque cortas, nos dejan saber la facilidad con que las piernas asumirán el
reto mayor, que vendrá después de casi 130 kilómetros, y el hambre comienza a
sentirse, pero afortunadamente unos kilómetros más adelante, se encontraba la
zona de avituallamiento, en donde pudimos recargar nuestros estómagos hasta la
saciedad; en este punto encontramos a la categoría “V” quienes habían partido
con alguna ventaja y al observar la llegada del lote, se apresuraron a arrancar
nuevamente para mantener la misma.
Como se esperaba, disfrutamos del recorrido y el hermoso
paisaje de esta zona del departamento, mientras nos relevábamos en la punta del
pelotón, todos menos Marín, quien se dedicó a ahorrar energía, tanto que
pareció ya no una cuenta de ahorros,
sino un certificado de depósito a término, y el término sería El Mango. Rodamos por predios de Gómez-Plata, Carolina,
Yolombó, y el lote se mantuvo compacto, como se había presupuestado desde el
inicio.
Ya en los primeros repechos que nos indicaron que pronto
comenzaríamos a ascender la montaña, se
notó cierto nerviosismo que el Monito denunció diciendo: “Que van a saber que
es un paseo, bobos, están pensando en llegar primero, BOBOS…” pero, en ese
punto ya no se escucharon risas y la concentración fue total; y es que el reto
era tan fundamental, que el Animal decidió no asistir al paseo, para no ser
vencido por Claudia en esta dura cuesta.
Otros, que dijeron no conocer la ruta, preguntaban insistentemente:
“esta ya es la subida?” y en coro se le respondió: “no Hormiga, falta”
No habíamos notado, que al frente del grupo, nunca arribaron
otros dos integrantes, que decidieron acompañar a Marín en su hiperahorro, eran
Pala y Bedoya, quienes tan solo en este punto, fueron divisados, adelantando
con facilidad a quienes por momentos perdían la rueda en los repechos; claro
serían beneficiados por su táctica rastrera, cuando al fin llegamos a las
partidas para Anorí, y se inició la
escalada al alto del Oso; este sitio es el famoso Mango, y allí, en una caseta
de borde de carretera, se encontraban Magnelly, Rastrojo, Morita y el
Ingeniero, quienes degustaban alegremente una bebida etílica de cebada que
ofrecieron con gusto y que ninguno aceptó, a pesar de que todos esperábamos que
fuera consumida vorazmente por Monito, Fritanga, Urrao y Chavela.
Fue tan solo iniciar la inclinación, cuando Juanduque (en
adelante Barriga) comenzó a descolgarse del lote, y Claudia ante el fuerte paso
se excusó diciendo que lo acompañaría, lo que sin duda fue solo un ardid, pues
al poco tiempo lo abandonó a su suerte o a su muerte dirían algunos; también se
rezagaron al principio del ascenso Monito, Fritanga, Oscarice, Parlante
(Frank), Carlomagno, Zurriburri, Guslimón, mientras Monstruo avisaba que
subiría a tope, sin notar que a su rueda se adhería firmemente Pirry, llegando
a tomar una pequeña ventaja con el resto del lote que entonces formaban Urrao,
Hormiga, Médico y los tres ahorradores que como el UVR crecieron poco a poco,
pero persistentemente.
Ya hacia la mitad de la cuesta, se replegó el Médico, quien
quedó sin un centavo en las piernas, y pedaleó lastimeramente hasta encontrarse
y superar a Pirry, quien estalló completamente, aunque informó que se debió a
una lesión en la espalda, y como las mentiras en el grupo son tan pero tan
escasas, todos le creímos. Adelante, Urrao tomó la delantera para no
decepcionar, y coronó la cumbre como lo hace en Europa su coterráneo Rigoberto
Urán, es decir, regando a todos los demás; uno a uno fueron haciendo su arribo Monstruo,
Bedoya, Hormiga, Marín (Vampirín), Pala, Médico, Carlomagno, Fritanga,
Oscarice, Pirry, Chavela, Claudia, Sancocho, Zurriburri; mientras Monito,
Cranky y Barriga se regresaron del alto del Oso, sin llegar al de Montañita, en
donde se definió la culminación de la etapa.
Sin embargo, aún faltaba parte del recorrido, pues se debía
regresar hasta El Mango, y seguir por la vía a Anorí otros 10 Km, para rematar
en un durísimo repecho de 800 m. con una pendiente del 18%, por lo que al
llegar al destino de esta durísima etapa, las mogas que recogió el Monito junto
a Lukas, fueron devoradas con tal avidez, que muchos no sabíen después cuales
eran los ingredientes de tan típico y suculento manjar.
La amistad es lo más importante! |
Como ha ocurrido en las 7 ocasiones anteriores, el descanso
se realizó alrededor de la piscina, donde se reunió el grupo en pleno, para
departir, no solo las incidencias del día, sino cuanta ocurrencia llegó a la
mente de los probos ciclistas.
Aunque nos queda faltando detallar la estupenda noche, y el
regreso al día siguiente, será en una próxima ocasión, ya que en este punto, no
dudamos de la enorme fatiga que ha representado la lectura de la presente
descripción, por lo que en una nueva publicación, se hará referencia a ese
periodo, lo que podemos adelantar, es que llegamos a casa con una enorme
satisfacción, no únicamente personal, sino la satisfacción que genera compartir
con un grupo de personas tan valiosas que recargan la energía para seguir
adelante, por esto mil gracias a todos… Hasta muy pronto!
Que buena medico, tardecito pero vale, lo que no sabia yo, es la chapa de Gustavo,cranky jajajaja me tendfras que decir por que.
ResponderEliminarLógica analogía: si para publicar crónica del Tablón se demoró 2 meses, la crónica de Jardín saldrá el 2 de Junio del 2013.
ResponderEliminar"Se ríe de las cicatrices quien nunca ha sentido una herida". cito esta frase de William Shakespeare en Romeo y Julieta para desvirtuar de una vez por todas el malentendido de mi ausencia a El Tablón: simplemente surgió un problema de tipo laboral impostergable y no temor a ser atendido por la señorita Claudia.