Desahogo!

Lo primero que debemos reportar hoy, es la gran participación de pedalistas en una dura jornada de cerca de 170 Km. Tal vez, esa sea la razón para el caos vivido durante la última parte del recorrido y que causó diferentes reacciones en cada uno de nosotros.

Por ello, ante todo, si alguien se sintió ofendido o señalado por comentarios realizados por este colega, mil disculpas; el sueño de un grupo homogéneo dentro de la diversidad, seguirá presente, aunque genere burlas, bostezos o incluso incomodidad para quienes prefieren el individualismo a la colectividad.

Hace cerca de 10 años, en mi primer paseo con el MCLRT, llevé unas llantas tan gastadas (mil pinchazos), que en el regreso, casualmente de Amalfi, tuvimos que detenernos, y fui socorrido con una llanta nueva que llevaba el Profe como repuesto; fuimos solamente 7 ciclistas, y aunque me sentí avergonzado por la circunstancia, todos sin excepción, me hicieron saber que contaba con su apoyo y comprensión; claro, no debería volver a ocurrir, pero todos estaban allí, durante el cambio de llanta.

Todo evoluciona, y el grupo no podía ser la excepción; 7 años después, uno de los integrantes que asistía por primera vez a la reunión de fin de año, comentó a su esposa que lo mejor del grupo, era que no había problemas, y que se buscaba que todos pudiéramos disfrutar de nuestra pasión en la mejor compañía;   me sentí no solo afortunado, sino inmensamente orgulloso por hacer parte del más prestigioso equipo de ciclismo recreativo del continente.

En vista de un inusual desorden presentado en las etapas anteriores, me atreví a sugerir que hiciéramos un recorrido más organizado, y la respuesta, que inicialmente sonó a mofa sana, tomó tintes sardónicos, cuando más adelante, cada quien decidió hacer el recorrido al ritmo que mejor le parecía, sin pensar en absoluto en los intereses y las capacidades de los demás integrantes; incluso, de manera no esperada, un curtido veterano de mil batallas, respondió al llamado para acelerar la partida de un sitio que no estaba destinado a detenernos: “váyanse que no tenemos afán…” en lo personal, la sorpresa fue gigante, pues se trataba de uno de los integrantes que más aprecio a generado en mí, y sé que en todos nosotros, fue el Monito; y a renglón seguido escuché otra voz que decía: “deme un tinto, por favor!”, y eso ya me pareció falta de respeto con el pelotón, pues, aunque quien lo solicitaba, tendría de sobra capacidad para alcanzarlo, lo interpreté como: “que me importa que quieran reiniciar…”

Reconozco que fue solamente una apreciación muy personal, así que espero me sepan entender y no se tome como una agresión ni mucho menos, es solo una reflexión; por lo que prosigo con la crónica del día; al reiniciar la marcha en forma desordenada, la llegada al punto de avituallamiento habitual, fue igual; a lo que le sumaremos la por lo menos aparente hambre generalizada, que hizo que todos invadieran literalmente el pequeño local, para solicitar las viandas; por un momento, el espectáculo hizo recordar la entrega de ayudas a damnificados después de un terremoto con miles de víctimas; y nuevamente se pudo apreciar la ausencia total de camaradería, pues el que primero pidiera comería, y el que no fuera agresivo continuaría la marcha con el estómago vacío; o como hicieron otros, buscaron otro sitio para alimentarse.

Hasta ahí, a pesar de una leve desazón mía por la imposibilidad de rodar juntos, todo iba muy bien; y volvimos a tomar los vehículos para continuar disfrutando de nuestro deporte, pero una vez más, la tendencia al caos se hizo presente, esta vez, en el monótono paso que llevaban algunos, que conversaban alegremente, pero ignorando por completo la rueda que debían seguir para rodar agrupados, por lo que se generaron múltiples rupturas que por momentos hicieron ver el grupo como una gran cantidad de pequeños grupúsculos disgregados por la carretera; sin embargo, después de una respetuosa (espero) solicitud, se logró unificar el MCLRT, y se rodó a un ritmo constante por algunos kilómetros, y aunque algunos querían aumentar la velocidad, fueron receptivos con la petición de no hacerlo, para permitir que quienes no se encuentran en su mejor forma rodaran en el lote.

En ese momento, indudablemente sin ninguna mala intención, un integrante quiso aumentar la velocidad un par de puntos, y los que marchábamos en la parte delantera del grupo simplemente apretamos un poco el paso, y se continuó con el convencimiento pleno de que todos vendrían a rueda, ya que el paso no era demasiado fuerte para ninguno de los asistentes; aclarando, que es mucho más fácil rodar a 40 Km/h. a rueda, que a 35 Km/h poniendo el pecho a la brisa; pues bien, sucedió lo imprevisto, el grupo se había partido, y no sé si todos, pero algunos lo desconocíamos, y en ese instante se escuchó decir que había un pinchazo, como debe ser, todos al unísono detuvimos nuestras inseparables compañeras sin lograr identificar al Marielo’ que había sufrido el desperfecto mecánico, pues quedó en el recodo de una cerrada curva, y tan solo unos segundos después, el grupo que venía un tanto rezagado pasó de largo a una buena velocidad crucero y cada uno de los que nos encontrábamos estacionados a orilla de carretera, comenzó a avanzar diciendo que no había tal pinchazo… fue un momento de duda, a lo cual solamente atiné a apreciar quienes se encontraban allí, sin reconocer al Animal que según dijeron inicialmente era el damnificado, y decidí continuar para ver si se encontraba en el grupo; tras un trecho pedaleando fuerte contra el viento, logré dar alcance al enorme grupo, encontrándome con la muy desagradable sorpresa de no encontrar al Animalito…

Como podrá testificarlo el Profe, en ese momento mi molestia fue enorme, y no podía creer la actitud del lote, habíamos dejado a un integrante del mismo literalmente abandonado; algunos como Juangui, ni siquiera estaban enterados del pinchazo, y al enterarse casi sin pensarlo se regresó, lo que me dio una enorme esperanza; admito que el coraje, o tal vez la rabia o la impotencia, me ganaron y lo único que atiné a hacer, fue a aumentar el paso para irme en solitario, con la fortuna de ser seguido por Pala, quien fue el responsable de brindarme colaboración cuando unos kilómetros más adelante también sufrí un pinchazo; el lote pasó incólume, y solamente se escucharon algunas  rechiflas burlonas, y lo mismo pareció iba a ocurrir con quienes finalmente habían auxiliado al Animal, pero afortunadamente se detuvieron al solicitarles unas palancas, ante la dificultad en sacar la llanta.

Al llegar a mi casa, comenté algunos de los eventos acaecidos durante la jornada a mi esposa, para quien conociendo a todos los integrantes de este, y para mayor sorpresa, toda la culpa de la parte desagradable de la situación, recayó sobre mí, podríamos decir a manera de resumen que “por sapo”.

Esa fue la principal razón que me motivó a escribir esta reseña (muy personal), de la salida y además, me obliga a proponer soluciones que puedan aportar a un muy diverso grupo de valiosas personas que disfrutan del mejor deporte del mundo, y de la compañía de los demás gomosos del pedal.

Retomando lo dicho en el alto de La Sierra; la primer propuesta es la de rodar en grupo compacto, para ello es indispensable aprender a “coger” rueda, y conservar una misma línea con el ciclista que nos antecede, si todos hacemos esto, podremos andar con mayor seguridad, pues los conductores no se molestarán por utilizar toda una calzada como viene ocurriendo (a veces las dos), y gastar mucho menos energía, pues la resistencia al aire, que es el principal obstáculo para rodar en terreno plano, la asumirían el o los primeros en cabeza de grupo, que a su vez, podrán ser relevados cada cierta distancia.

La segunda propuesta, es que los conductores elegidos, tengan la capacidad de regular el paso, para permitir avanzar de manera ágil, pero que todos los integrantes podamos seguir su estela, y que en lo posible ninguno se quede rezagado; aún si sus fuerzas le permitiesen rodar mucho más velozmente.

La tercera propuesta, es que todos, sin excepción, nos concentremos en la rueda del ciclista que va delante nuestro, y evitemos retrasos y cortes por descuidos, que harán que quienes deseen alcanzar a los delanteros, se aceleren cambiando el ritmo y forzando marchas muy veloces, imposibles de seguir por todos.

La cuarta propuesta, es que todos seamos al máximo tolerantes con las posibles aceleraciones que puedan realizar algunos compañeros, y que si con un pequeño esfuerzo podemos continuar a rueda, pues lo hagamos, no sencillamente decidir que como no pensamos forzar, vamos a formar un grupo secundario; claro, habrá como ha habido siempre, momentos en que la velocidad será selectiva y el grupo se romperá, pero esos trayectos de velocidad libre, deberán haber sido acordados previamente.

La quinta propuesta, es que independientemente de que tan adelante viaje cualquiera de los integrantes del grupo, si requiere asistencia técnica, todos (los que estén bien y los que estén mal), nos detengamos el tiempo necesario para auxiliar al compañero “caído en desgracia”.

La sexta y última propuesta, es que se nombre en cada salida a un vocero de la ruta, que deberá trazar los lineamientos de la etapa, es decir, definir en qué puntos se podrán realizar “ataques”, y en donde se hará el avituallamiento; no será posible dar gusto a todos, pero algunos seremos capaces de sacrificar algún gustico, en bien del grupo. Este vocero, deberá rotarse en cada salida, para que no se llegue a un régimen dictatorial.

Como observación adicional, quiero reiterar lo que dije en algún momento de la etapa del pasado domingo, y es que el grupo es uno solo, y no debemos pensar como pequeños grupos, que en ocasiones resultan por vecindad, experiencia, o simple afinidad; es decir, que no debemos pensar como “los de Envigado”, o “los de Floresta”, o “los de Belén”; sino, con el mayor de los compañerismos, como ha sido históricamente la actitud del MCLRT.

Agradezco enormemente el haberme leído, si llegaste hasta aquí, sin duda tendrás comentarios, propuestas y contrapropuestas que realizar, y esa es justamente la finalidad de este “artículo”, así que adelante, y un enorme abrazo a cada uno de ustedes, con la mayor sinceridad, como espero hagan sus observaciones respecto a todo lo relacionado aquí…