La mañana sombría, hacía la antítesis de la luminosidad en los rostros de quienes íbamos llegando al punto de encuentro; el ambiente como siempre era festivo, y el saludo caluroso eclipsó el frío que emanaba la niebla.
Los 28 ruteros que iniciaron el recorrido, formaban una larga fila que adornaba la autopista norte, y asombraba a propios y extraños con su silente rodar, que a pesar de sentirse ligero en las piernas de quienes rodaban abrigados en el centro, permitió un avance rápido para atravesar sin pausa los municipios del norte del valle de Aburrá y Barbosa; apreciando como uno de los binomios (cicla/ciclista), se desvió por la salida hacia Santo Domingo, pues no podía hacer el recorrido completo, se trató de Juanduque, quien informó que probablemente llegaría más tarde, en carro, cosa que nunca ocurrió.
El primer inconveniente técnico acaeció un poco más adelante, cuando aún en jurisdicción del municipio mencionado, Araque sufrió un pinchazo, que rápidamente fue reparado por expertos como Cuneta y Omero, mientras otros demostraban su descomunal fuerza haciendo “dominadas” con el techo del paradero donde se desarrollaba la reparación (ver fotos), hablamos de Rubirosa, que contó cerca de 100 de estos ejercicios; otros entretanto, se rumoró que por problemas de próstata, aprovechaban para ‘desagüar’; lo importante, fue que todos nos detuvimos y aprovechamos para comentar incidencias.
El momento del avituallamiento se vivió con regocijo, tan solo unos kilómetros más adelante, aunque infortunadamente, no se avisó de nuestra llegada al habitual anfitrión en estos lares, por lo que no tenía surtido suficiente, obligando al grupo a reaprovisionarse repartido en los tres estaderos que se encuentran vecinos; no fue muy prolongada la detención, y al reiniciar la marcha el grupo compacto rodó por los cerca de 60 kilómetros que nos separaban de la base de la montaña que sería el máximo obstáculo del día, claro, exceptuando a los más tímidos quienes encabezados por el Ingeniero, no realizaron siquiera el intento de asaltar la cumbre, ellos fueron: Morita, Invitado(1) e increíblemente el ex–rey de letras, el mismísimo Villegas, quien desertó antes de intentarlo, mientras Magnelly con sus agallas habituales subió hasta el primer alto, demostrando su indiscutible tesón.
Algunos kilómetros antes de la vereda El Mango, Chepelimón que se dijo temía ser descolgado por el lote, aprovechó el descenso en el ritmo del mismo, debido a un segundo pinchazo, esta vez de Sancocho, para adelantarse e iniciar con una buena ventaja el temido ascenso. En dicho trayecto, se unieron al grupo Roiván y otro invitado(2), quienes habían salido desde Amalfi a nuestro encuentro.
En bloque se inició la subida, con la no lograda intención por parte de Juandiego y Médico de controlar el paso; primero, porque algunos como Carlomagno, Profe, Zurriburri, Monito, Chavela y Cóndor, se retrasaron en el único paso malo que encontramos en la vía, y no lograron reintegrarse antes del inicio de la escalada; y segundo, porque algunos estaban demasiado ‘polentos’ para controlarse; después de los primeros cinco kilómetros a paso rítmico, los primeros damnificados aparecieron, y algunos como Rubirosa decidieron renunciar a la cumbre y regresaron en el acto, falta de capacidad de sufrimiento se rumoró en el grupo; continuándose con un vigoroso paso, que pronto dejó solamente a 11 ciclistas, hasta que Juandiego informó que no iba más, haciendo un giro de 180º, pero, haciéndolo dos veces para finalmente coronar el pico de “Montañita”, destino final de la ascensión, ya eran solo 10.
Victor, un juvenil que nos acompañó y que aunque vive en Rionegro es originario de Amalfi, pareció tener afán para ver a sus familiares y apuró el paso a cuatro kilómetros del alto del Oso, para con una velocidad de 26 Km/h, acabar de pulverizar el ya reducido contingente, y en un principio seguido por Urrao dieron caza a Chepelimón, y continuaron raudos sin mirar atrás, en donde otro de la zona, Roiván, puso pie en tierra explicando que le estaba tallando un doblez en la media, que aunque era italiana y muy fina, lo dejó en el borde de la carretera, muchos desmintieron la razón, y la tildaron de argucia, para no reconocer que se soltó de rueda; asombrosamente quien seguía de cerca a Urrao, era nada menos que Longaniza, que sin abrir la boca, se la cerró a muchos, que esperaban subir adelante; detrás de él, Animal, Fastástico, Juangui y Cuneta rodaban muy cerca entre sí, pero incapaces de formar un lote, tras ellos coronó Roiván y muy cerca el Médico; luego los demás héroes de la jornada, que uno a uno fueron arribando, allí estaban, Juandiego, Tomás, Pirry, Omero, Carlomagno, Zurriburri, Chavela, Sancocho, Cóndor y Profe.
No se puede dejar de mencionar a otros dos héroes, quienes ascendieron hasta el primer alto de primera categoría (El Oso), el primero de ellos fue el Monito, y el otro el incansable Magnelly.
Algunos decidieron ir hasta el pueblo, y por esta razón, llegamos al destino final, El Tablón, en pequeños grupos, y una vez allí, pudimos degustar de una deliciosa ‘Moga’, que cayó como perla a la vacía cavidad gástrica; y ahí sí, duchazo y a descansar.
La tarde fue como siempre aprovechada para reunidos alrededor de la piscina dialogar sobre las incidencias, recordar anécdotas y divertirse alegremente, algunos con la compañía de unas cuantas onzas de etanol, servido en diferentes tipos de envases, nombres y marcas; y cuando nuevamente el apetito voraz apareció, todos marcharon a las casas para prepararse para la cena; y el habitual asado, fue la culminación de un día lleno de júbilo en el MCLRT.
La noche originalmente cálida, viró a una madrugada fría, y la cobija que inicialmente nadie miró, se convirtió en la mejor compañía antes de la hora de levantarse; y aunque se acordó sería muy temprano, finalmente el desayuno fue disfrutado cerca de las 6:15 a.m., lo que obligó a una salida tardía, aunque los del grupo de la categoría “mayores”, se adelantaron para rodar con mayor comodidad.
Prácticamente la totalidad del recorrido de vuelta, se disfrutó con un rítmico paso, que sin ser portentoso, permitió que todos rodáramos juntos, pudiendo enterarnos de algunas infidencias que ocurrieron durante la noche, como por ejemplo, un extraño quejido que surgió de una de las habitaciones, y que fue escuchado por muchos, “no más confite, no más…”, parece haber sido la súplica. Otros como Cuneta, bostezaban por la falta de sueño, debida a los ronquidos sonoros de su compañero de habitación, en este caso el Animal.
Quienes salieron más temprano, solamente fueron vistos por el grueso del grupo en el sitio de alimentación, y en el trayecto, se habían unido nuevamente quienes venían de Amalfi, es decir Roiván y Omero, y más adelante los compañeros que salieron de Medellín con la intención de hacer el regreso con el resto del combo, los primeros en aparecer fueron Pala, Pantani, Gaviota y Masajes, quienes alcanzaron a rodar por 97 Km., lo que significa que su jornada sería de 194 Km.; y tan solo un par de kilómetros después, aparecieron quienes venían de Envigado, osea, Leña y Tavares, quienes sobrepasarían entonces los 200 Km. de recorrido.
El grupo pareció haber leído los reclamos de Alejo desde Australia, y en la mayor parte del recorrido rodó de manera organizada, y en dos filas; incluso, Fastástico se dio una palomita en la conducción del lote, y no realizó sus habituales tira y aflojes, que al ser conocidos por todos, producen reclamos cada vez que quiere tomar la punta.
Después del tentempié, cuando ya habíamos superado el escollo de los repechos de “pescadito”, apreciamos a dos integrantes que se habían rezagado, y al disminuir la velocidad para permitirles el reintegro, varios renegados aprovecharon para escaparse rodando en pequeños grupos, el primero, conformado por Magnelly, Ingeniero, Invitado(1), Morita y Cóndor; el segundo, por Araque, Chavela, Pirri, Pantani, Chepelimón y Roiván; y el tercero, un tándem formado por Monito y Juandiego; y el grueso del lote con sus 21 integrantes, rodó de la manera más ordenada observada en este destacado grupo ciclístico.
Solamente en los últimos tres o cuatro kilómetros antes de llegar a Niquia, se formó el desorden, promovido por Masajes, quien pensó que podría lanzar un ataque que fructificara, pero no contó con la disposición de Tavares y Rubirosa, que lo dejaron ‘sembrado’ poco antes de coronar el repecho de Haceb, y quienes supieron mantener el paso para llegar primero al sitio de la nueva reunificación en Niquia.
Aunque las despedidas son siempre tristes, y más después de haber compartido un fin de semana tan agradable como emocionante, la expectativa que genera la salida de semana santa, y que nos llevará por tierras de cinco departamentos, hizo más alegre la separación, y en un abrazo sincero deseamos una feliz semana, para compartir el próximo domingo de la mejor compañía, realizando la mejor actividad.
P.D. Un feliz cumpleaños a Rubirosa, “que los siga cumpliendo, hasta…”
Una aclaración: quien realizó los ejercicios durante el primer pinchazo, no fue Rubirosa como equivocadamente se mencionó, fue Fastástico...
ResponderEliminarbuenas tardes, falta el ingo en las fotos, gracias por la compañia. todos se manejaron muy bien. asi es que se monta, no lo olviden para semana santa.
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