Requiem y crónicas atrasadas... ah, y todas las fotos que faltaban! (Fotos al final)

Un trozo de manzana en el momento en que las últimas fuerzas me acompañaban, dieron inicio a una relación marcada por la camaradería y lealtad, tanto en la ruta como fuera de esta; siempre rodaba preparado y la fruta era su principal arma para enfrentar las duras cuestas, donde su temple, entrega y por sobre todo sus excelsas condiciones le hacían brillar.

Todos le llamábamos Gaviota, pero hasta donde he podido indagar, nadie sabe a ciencia cierta por qué; aunque sin duda tiene que ver con la forma como tomaba las más duras rampas y las encumbraba como si fuese volando, haciendo evocar el sutil aleteo de esos Láridos que recuerdan a los náufragos que cerca habrá tierra firme.

Después de tantos años compartiendo la geografía patria, no puedo evitar el nudo en la garganta cuando recuerdo que no volverá a acompañarnos en las duras jornadas; pienso en su acertado consejo y la palabra de ánimo que salía de su boca ante la ‘afugia’ de cualquier ciclista del lote; pero, también pienso en la fortaleza de ese hombre que ante la adversidad, levantó siempre la cabeza y cordialmente atendió a sus amigos cuando le visitaban.

Un par de años atrás, le acompañé en el infortunado trance de la súbita viudez, y poco tiempo después nos reímos de anécdotas que también compartimos con su esposa, Martha, la muy entregada y simpática acompañante de algunas rutas, quien lo cuidaba como a hijo bobo, como también hizo con quienes rodábamos junto a su eterno compañero.

Juntos recordamos la ocasión en que con un mensaje de texto invité al grupo a la salida dominical con la exhortación a llevar “yesca” para encender la leña que se repartiría en el recorrido, y sorprendido recibí la llamada de Martica unos minutos después, quien con tono de reproche preguntaba: “Quien es esa tal Yesica?...” , reímos mucho.

Fueron muchas las anécdotas, muchas las experiencias, pero muchas más las enseñanzas de Gaviotica, y sin duda la motivación que sembró en mí, no solamente para enfrentar con pundonor la ruta, sino, principalmente la actitud frente a la adversidad, al infortunio, serán compañeras por el tiempo que me queda; como olvidar que aún en una situación irremediable, conociendo las cercanas consecuencias de su padecimiento, se arriesgaba a soñar con nuevos recorridos y nos animaba a realizarlos.

Una imagen que no podré borrar jamás de mi memoria, se grabó en la penúltima visita, cuando entré en la habitación de hospital donde se encontraba, lo hallé de pie, y con su enérgica voz me dio la bienvenida mientras me presentaba al médico que le trataba, y se mantuvo erguido a pesar del evidente dolor que sentía; sería la última vez que lo vería tal como era, un hombre vital.

Continuamos con la rutina, continuamos con la vida, porque lo único que realmente nos es común, es que vamos inexorablemente a recorrer el mismo camino, solamente que como para no perder la costumbre, Gaviota ascendió más rápido, se adelantó en la última ruta y nuevamente se llevó el galardón final, por eso: hasta siempre compañero!

La compañía de nuestro amigo seguirá, no solamente desde ese sitio desconocido donde reirá de nuestras ‘pájaras’, sino también desde lo más profundo de su ser; lo más querido por él, lo digo sin dudarlo un solo instante, lo más querido por él, rodará junto a nosotros como lo hizo este domingo, y espero que sin emular a su padre, se anime a continuar su legado en el grupo.

Gaviotini no realizó el recorrido completo, pero, demostró que hijo de tigre… sin haber podido entrenar como si lo han hecho muchos de los asistentes al recorrido dominical, y con mucho menos experiencia que la mayoría, rodó con tezón para completar todo el recorrido realizado por la categoría “C” (Cuchos); esperamos que continúe acompañándonos y será un placer compartir con él el legado que dejó entre nosotros su padre.

El recorrido seleccionado por el jefe de ruta, fue para la mayoría un verdadero martirio, los cerca de 170 y en algunos casos 180 kilómetros, se sintieron en las piernas como dagas incrustadas por un demonio maligno, pero no solamente fueron los miembros inferiores los paganinis del extenso recorrido, pues el corazón y los pulmones también terminaron quejándose del abuso después de la jornada; sin embargo, la asistencia fue masiva y el ambiente festivo en el momento de iniciar la ruta. Solamente faltaban allí, Michelín, Barriga, Monstruo, Bedoya y otros que se han ausentado por más tiempo, pero que siguen siendo bienvenidos al camino cuando lo consideren pertinente; los demás, estaban todos, incluso retornando a las carreteras se vio a Morita, y reapareció también Paila que fue recibido con gozo por el Profe con la frase, “lo que necesitamos es leña”.

Para evitar quedarse demasiado rezagados, los colegas de la categoría “C” iniciaron la marcha con anticipación y el primero en hacerlo fue justamente Morita, y un poco más atrás estaban Rastrojo, Alan, Ingeniero y Confite; ellos lograron la ventaja suficiente que les permitió arribar al alto de La Sierra con una pequeña ventaja sobre el resto; otro que se adelantó en pleno terreno llano fue el Médico, quien también conservó la ventaja, y al interrogarle sobre su ladina estrategia, respondió que justamente se trató de una muestra de lo insignificante, pírrica, ridícula, irrisoria, absurda y enclenque de una victoria cuando se ha comenzado la cuesta con ventaja, aclaró que era una prueba para que algunos como el Animal no intenten hacer lo mismo en el paseo de semana santa que les llevará a subir nuevamente el páramo de Letras.

Los demás se portaron muy juiciosos y ascendieron a un ritmo que aunque pausado, rendidor, haciendo que unos pocos perdieran la rueda poco antes de coronar la cima, entre ellos sorprendió ver a Vampirín, que junto al mencionado Gaviotini, se rezagaron respecto al grueso del lote, pero no fueron los únicos, Sancocho y Sigilo también acosaron el cansancio en este primer reto del día; después del reagrupamiento, Paila se despidió con el argumento de no haber entrenado y se regresó desde este punto, mientras el pleno continuó por la vía que conduce a la capital del país; sin contratiempos se ganaron metros a la vía y permanecieron agrupados hasta poco después del peaje de Santuario, donde al picar la carretera hacia arriba, también se disgregó el lote.

Fueron Juandiego, Cranky, Oscarice y July, quienes atomizaron el lote en este largo repecho, y al llegar al alto se despidieron quienes no realizarían el recorrido completo, es decir la categoría C, comandada por Alan, Ingeniero, Confite y Rastrojo, además de Gaviotini que comienza apenas temporada; los demás, incluido un invitado de identidad desconocida por esta redacción continuaron después de coronar este alto, hasta el desvío en la carretera que conduce al municipio de Cocorná, allí, mientras la inmensa mayoría solamente viró para iniciar el ascenso, July desconociendo que el avituallamiento sería en el alto hizo un pedido completo, por lo que junto a Oscarice comenzaron con mucho retraso la subida, alcanzando con el endiablado paso impuesto por el primero al colero de los demás, es decir al Monito.

Los demás hicieron su arribo en abultados grupos individuales, decimos abultados entonces por la prominencia abdominal que acompaña por esta época a la mayoría de nuestros ruteros, pero muy especialmente a Hormiga y Vampirín; sin embargo, el primero de los dos dio cátedra de ritmo en el ascenso, recogiendo uno por uno a todos los endebles compañeros que habían iniciado con anticipación la subida, solamente Colmillo* dio un zarpazo en los metros finales, destronando al energúmeno insecto; otro que asombró por su fluidez fue el Profe, quien hizo honor a su remoquete de “escalador de 90 kilos”, llegando solo unos metros detrás de este tándem ponzoñoso.

El que no dio ni lástima fue Vampirín, quien parece que sin la motivación de su archirrival no da pie con bola y fue superado de lejos por todos, incluso Anita dio cuenta del roedor alado en esta dura cuesta que nos llevó nuevamente a Alto Bonito, donde pudimos ver como en pleno domingo los agentes de tránsito se dedican a vacunar a quienes sobrepasan el límite de velocidad establecido por la ley.

Una vez se recuperaron fuerzas con un pastel y un refresco, el regreso debía ser más distendido y la sonrisa se reflejaba en los rostros de quienes muy cansados creían que lo que quedaba sería más fácil, por eso Yerno, Sigilo y Sancocho conversaban alegremente; sin embargo, sin que sea una verdadera sorpresa, fue el Monito quien movió el lote, pues un poco antes de llegar a Marinilla lanzó un tímido ataque que fue secundado por el Profe y rápidamente se unió a ellos el Médico para formar la fuga que unos kilómetros más adelante aceleró el ritmo del pelotón para no dar tregua a quienes llevaban el tanque casi vacío.

Esa fue la excusa perfecta para algunos, quienes decidieron no realizar el retorno por el aeropuerto y alto de Los Topos, sino que una vez superado el antiguo hipódromo de Guarne, se siguieron de largo por la mal llamada autopista y regresaron por el mismo camino por el que habían abandonado Medellín; como es una afrenta y verdadera cobardía, se nombra a los trásfugas: Caleño, July, Sancocho, Anita, Juandiego, Vampirín y Oscarice.

Los demás, incluidos el Monito y Animal que fueron los más blandengues en esta durísima jornada, ascendieron por Topos para conectar con Palmas e incluso Profe, Zurriburri, Leña, Carlomagno, Gorila*, Zurriburri y Sigilo, se dieron el lujo de subir hasta el alto del Escobero para hacer el descenso directamente a Envigado; los otros bajaron por Palmas y completaron el conjunto de valientes que realizaron la excursión, hablamos de Yerno, Médico, Animal, Cranky, Colmillo, Hormiga, Pala y Monito.

Nos vemos en la imperiosa necesidad de aclarar que el Animal SI llegó a la línea de meta, no está aún claro si requirió alguna ayuda extraciclística, pero ante los rumores de su retiro o incapacidad de realizar el recorrido nos dimos a la tarea de revisar los videos y aunque en los oficiales no apareció, se encontró en los videos de vigilancia viéndose como ya entrada la noche, llegó…

Esperamos que la próxima ruta sea tan concurrida como la de este domingo, agradecemos su participación y deseamos que tengan el tiempo suficiente para ponerse en forma, pues lo que viene es candela!

* Colmillo: Camilo, el odontólogo.

* Gorila: Miguel, el caleño.

Fotos 2015 que faltaban.

ANTERIOR!

Aunque el clima del amanecer produjo una leve confusión inicial, ayudado por el encharcado patio debido al rociamiento a punta de manguera que la señora esposa de Pala madrugó a practicar, la gran mayoría de los miembros de este selecto grupo ciclístico hizo presencia para esta prolongada jornada de pedal.

Los provenientes del sur, tuvieron que transitar por unos kilómetros vías húmedas (nunca como el inundado patio mentado anteriormente), pero a partir de la calle 10 en el Poblado, el asfalto de color claro indicaba que no había caído ni una sola gota de lluvia, por eso, los 20 cumplidos ruteros se saludaron alegremente en inmediaciones del emblemático Palacio de exposiciones.

De los mencionados, solamente 18 eran conocidos Marielo’s, y los otros dos eran invitados, de los cuales solamente uno haría la etapa completa, se trata del conocido Sacamuela, que después de un largo receso ciclístico motivado en problemas de sanidad, retomó la actividad de las bielas y hoy demostró que va por buen camino.

El saludo se hizo durante la marcha, debido a que la hora pactada para el prolongado recorrido se atrasó un poco como consecuencia del piso mojado (no el de Palita), y el grupo rodó serenamente por la ahora más recorrida entre los ciclistas del valle de Aburrá, esto debido a que su amplitud permite el disfrute pleno del paisaje y las pocas cotas que presenta permiten un entrenamiento poco sacrificado.

Sin duda el tema más importante por estos días en el seno del MCLRT, es el estado de salud del famoso Gaviota, quien se encuentra en una situación muy delicada de salud, por eso, se recordaron algunas de sus más trascendentales hazañas ciclísticas al interior del grupo, como aquella vez que después de un intenso pedaleo de más de 80 kilómetros y aun faltando otro tanto, ante el jadeo de todos los demás, fumaba gustoso un cigarrillo mientras tomaba café; es un verdadero guerrero y aunque ya no nos acompañará sobre la bicicleta, sabemos que permanecerá por siempre en medio de nuestro equipo ciclístico; además, esperamos que su heredero Gaviotini, continúe sus pasos…

A la altura de Niquia en el vecino municipio de Bello, las piernas solamente comenzaban a calentarse y todo era relax, sin embargo, tal vez para no perder la costumbre algunos continuaron con las amenazas y predicciones sobre el ya próximo tour Marielo’, que según parece será una batalla extrema; principalmente en su tercera etapa que llevará a ascender la montaña más dura del planeta en pruebas ciclísticas, el mítico páramo de Letras que con sus 3800 metros de altura es un verdadero coloso, y si tenemos en cuenta que el punto de partida se encuentra a menos de 500 metros de altitud, un tenaz reto.

El más activo con la lengua sigue siendo el renegado del tour 2013, el señor Vampirín, quien además de manera procaz se atrevió a comentar sobre la pobre colaboración en cabeza de pelotón de algunos compañeros, como si el remoquete con el que es conocido no diera cuenta de su menesterosa actitud en los desplazamientos del lote.

Ya se rodaba por el municipio de Copacabana y Monito hizo su pánfilo intento de fuga, que sin siquiera despelucarse el lote frustró rápidamente, es decir que al eterno pájaro d’oro no le rinde ni en el descenso; pero, no fue el único que mostró su debilidad en esta hasta el momento nublada mañana, pues tan solo fue pasar por Girardota y al llegar al corregimiento de Hatillo, el corto pero exigente repecho mostró como Médico y Yerno perdían la rueda del lote; mientras tanto, el eterno y muy querido Morita se despidió para no ser visto más en la primera jornada de febrero.

Aunque el ritmo siempre permaneció constante y se rodaba con la consciencia de que se harían más de 140 kilómetros, en cada elevación del terreno se advertía la mala condición física de los mencionados, mientras los demás mostraban su ya adelantado estado de forma, por eso, el rodar solamente redujo su velocidad por la detención de Carlomagno para cumplir una obligación fisiológica que al parecer también tenían Zurriburri y Kittel (Caleño hermano), quienes también se detuvieron un poco más adelante del municipio frutícola del valle de Aburrá, Barbosa.

Una vez superaron Molino Viejo, donde saludaron a Michelín que por compromiso familiar salió más temprano y se regresó desde ese punto, la velocidad comenzó a elevarse y se notaba el nerviosismo en los integrantes por el comienzo inminente de los repechos que con su variada pero exigente inclinación se convierten en el obstáculo más exigente para llegar al punto de retorno que fue definido en el estadero Punto Aparte.

Sin duda, el miedo se apoderó de Bedoya, quien no entendió la razón del Médico al adelantarse para tomar una fotografía en el semi-túnel que transitarían unos minutos después y salió disparado para formar con este un fuga y cuando comenzaron a subir los repechos con bastante ventaja, fueron alcanzados por quienes uno a uno habían salido en su caza, el primero en llegar fue Oscarice, seguido poco después por Caleño y más adelante por sacamuela, quien llegó al finalizar el tercer columpio fue Vampirín, que sin embargo pagó su enconado esfuerzo y como seguramente le ha de pasar en Letras… se quedó!

El desayuno fue en el caso de algunos opíparo y como era de esperarse el del Profe fue el más abundante, los demás se limitaron a pasteles y gaseosa, lo que permitió un dialogo franco y directo en el que el experto en banca comercial, Sir Bedoya indicó que los mejores certificados de depósito a término (CDTs) del grupo son Pala y Oscarice, con lo que Vampirín sonrió aliviado, sin saber que tendría el premio al crédito junto a Sacamuela. Para quienes no logren la relación, se refiere a quienes más guardan  al fondo del lote durante los duros recorridos, pero llegado el final, quieren reclamar lo ahorrado.

El regreso fue comandado por Carlomagno, quien junto a Leña mostraron su talante de rodadores y permitieron un controlado retorno que se pensó permitiría concluir agrupados, sin embargo, solo un poco más delante de Hatillo, ahora en sentido norte-sur,  Animal, Profe y Hormiga, decidieron poner un punto más a la velocidad y de inmediato fueron seguidos por Juandiego, Caleño, Sacamuela, Cranky, Oscarice y Pala, mientras los rezagados fueron Yerno, Médico y Monito, quienes sufrieron más de lo esperado.

La gazapera fue tremenda y finalmente al llegar a Niquia los grupos eran unitarios, es decir que se llegó de uno a la vez, siendo los más rápidos Bedoya, Oscarice, seguidos por Juandiego, Profe y Pala, dejando a sus acompañantes retrasados, mientras el grupo de Carlomagno se conformó con el rezagado Kittel, Zurriburri, Leña, Yerno y el último en llegar fue Monito.

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