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lunes, 26 de noviembre de 2012

Vertiente de Calarcá LA LINEA tomado de altimetrías Colombia

La Línea, el “Stelvio” colombiano

En la carretera que une Armenia e Ibagué, capitales de los departamentos del Quindío y Tolima respectivamente, se encuentra el paso de montaña por excelencia de Colombia: el Alto de La Línea.

En esta ocasión nos toca subirlo por su vertiente más exigente, la que sube desde Calarcá hasta los 3265 metros de su cumbre. Sabemos de su dureza porqué las veces que lo hemos subido y bajado en carro o en bus nos han impresionado sus rampas. Pero ahora es distinto; tenemos que superarlo con nuestro propio esfuerzo y surgen algunos temores ante lo que nos espera. Por eso vamos bien surtidos de desarrollos (hasta un 30x26), lo cual nos ayuda sicológicamente a afrontar el coloso.


Comenzamos la ascensión en la rotonda a las afueras de Calarcá. Los duros primeros kilómetros al 8-9% ya nos avisan sobre lo que nos espera y los tomamos con calma. Subimos rodeados de plantaciones cafetales y plataneras, con magníficas vistas de los valles típicos del Eje Cafetero. La carretera de doble carril es amplia y tiene suficiente arcén como para no temer a las ruidosas tractomulas que nos pasan de vez en cuando. Tras un par de bonitas curvas de vaguada entramos en una zona que se mantiene constantemente entre el 6-8% hasta mitad del puerto, donde encontramos el único descanso antes de entrar en el infierno.


Como gritan los locutores en las transmisiones de radio de la Vuelta a Colombia: ¡¡Comienza Cansaperros!! Aún se recuerda como en la edición de 1989, un muchacho de tan solo 21 años llamado Oliverio Rincón reventó en este tramo a todo un Fabio Parra recién llegado de hacer segundo en la Vuelta a España.

En estos 11km finales la pendiente es constante. No baja del 8.5% mas que en un corto descanso entre las dos últimas curvas de herradura, con varios tramos largos al 10% y rampas de hasta el 13%. Por si fuera poca la dureza, el viento, muy frecuente en La Línea, nos da de cara, aunque por suerte sin demasiadaintensidad. Pedalada a pedalada vamos saboreando la ascensión. En las herraduras y curvas la pendiente se acentúa notablemente, pero las bellísimas vistas de la montaña a nuestra izquierda nos hacen olvidar la fatiga. Además, el saber que estamos escalando un puerto mítico del ciclismo colombiano, donde legendarios escarabajos como Cochise Rodríguez o Lucho Herrera han realizado gestas inolvidables y han sufrido tanto o más que nosotros, hace que el esfuerzo que estamos realizando nos parezca hasta agradable. A falta de 2 km. para la cima el trazado de la carretera pasa por el filo de la montaña, con espectaculares abismos a ambos lados. Un último esfuerzo y pronto coronamos. Los 500 metros finales son muy suaves y podemos disfrutarlos comentando nuestras sensaciones. La unanimidad en cuanto a lo que nos ha parecido La Línea es total. Como dice Gustavo con su marcado acento cartagenero: ¡Eto eh un puedtazo!

El coeficiente APM lo dice muy claro. La Línea lo tiene todo para entrar de lleno en la categoría de Puerto Especial: longitud, altitud, desnivel, pendiente media, rampas máximas, belleza, leyenda... Aguanta perfectamente la comparación con la mítica vertiente este del Passo dello Stelvio, en Italia.

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