Gesta histórica, que muchos en el grupo calificaron de suplicio, y otros de vesania. Es bueno para la salud? Nos preguntábamos, la respuesta: SI!!.... para ser felices.
Los pronósticos en el itinerario, erraron en hora y media, pero, estaba presupuestado, sin embargo, si publicábamos la llegada a las 5:00 p.m., se nos corrían algunos.
En fín, muchas las incidencias de esta dura jornada, inicialmente con 20 ciclistas, y al finalizar 17 de ellos; no cuadran las cuentas, si analizamos, que solamente llegaron 14 a Concordia. Muy temprano, las sensaciones y el ambiente eran magníficos, se departía alegremente, y sin sobresalto alguno, se hizo el descenso desde Minitas hasta La Sinifaná, a donde ya habían desaparecido: Pastor, Morita, y hasta donde llegaron: Monito, Chepe, y Rastrojo.
El camino entre este punto, y la desviación hacia Concordia, que coincide con el inicio de la subida, se hizo sin aspavientos; pero una vez iniciada la cuesta… los primeros en poner paso fueron Paila, Pantani y Médico, a quienes se unieron Tabáres, Animal, y el invitado, que solo atinó a seguir el paso por un par de kilómetros; más arriba se encontraban Araque, Condor, Fastástico y Chavela, quienes se habían adelantado desde el inicio de la etapa; un poco más atrás, marchaban El Capo, Byron, Juangui, Javierín, y cerrando el grupo El Profe. Durante el largo y extenuante ascenso, las posiciones cambiaron dramáticamente, y mientras los que comenzaron a subir primero, eran sobrepasados, desde atrás, El Capo ascendía con propiedad, pasando a uno de los que iba en el grupo puntero: El médico, quien veía impotente, como era adelantado por este, en compañía de Araque, a quien había superado unos kilómetros más abajo. Los primeros, se trenzaron en franca lid, viéndose una vez más, la potencia de Paila y Tabáres, y la no menos imponente de El Animal.
En cuanto a la ruta: simplemente deliciosa, una carretera en buen estado, aunque de pavimento rugoso, lo que dificulta un poco el accionar sobre la bici; el paisaje: maravilloso, como la mayoría de nuestra geografía; y el clíma: radiante.
Una vez en Concordia, algunos prefirieron quedarse en la entrada, y quienes ingresaron hasta el parque principal, pudieron sin duda constatar por que no entraron los primeros: CONOCIAN!
Es un caos total, las calles atestadas de personas, que parecen ser ciegas y sordas, pues, se atraviesan sin importar que estén buscando pasar carros, motos o bicicletas, lo que hizo de este segmento del viaje, una odisea. Nos retrasamos tanto, que quienes no entraron, comenzaron el descenso antes de reagruparnos; por lo que se hizo la bajada en dos grupos, reagrupándonos nuevamente en Bolombolo. De ahí en adelante, mucha tela que cortar.
El primero en acusar fatiga, tal vez, por la opípara vianda ingerida en el pueblo, fue El Animal, que hizo el trayecto hasta La Albania, en forma penosa y verdaderamente lamentable; “los duros también sufren” se escuchó decir en el grupo; luego Juangui, quien al igual que el año pasado en esta misma etapa, sufrió más de lo esperado; A El Médico, se le acabó del todo, a menos de 2 kilómetros de llegar a La Albania, y se vió “tirado” en un rastrojo, con la flaca sobre las piernas, siendo superado por quienes se habían rezagado kilómetros atrás, y a todos les gritaba angustiosamente “agua”, pero ninguno lo socorrió, después, se conoció que no le escuchaban, pues con la fuerza que tenía, los gritos eran solo susurros, más parecidos y así fueron interpretados por los demás, a lamentos.
Después, de la tregua en el estadero, donde unos se “echaron” al piso, otros reposaban sus cabezas sobre las mesas, y Javierín gritaba por los calambres que lo atacaron, El Animal trataba de sostener la cámara para cumplir con su función de reportero gráfico, pero como temblaba tanto, las fotos salieron “movidas”; continuamos el ascenso, y los primeros en tomar ventaja, fueron Pantani, y Araque, que llegaron a tener una considerable ventaja, mientras El Animal y Juangui, pedaleaban penosamente. El resto del grupo, agrupado hasta Amagá, donde El Médico, ya rehidratado, quiso desquitarse de la espeluznante escena que acababa de protagonizar, y salió con paso firme, seguido por Paila, quien en Las Areneras, siguió solo, alcanzando a Araque y Pantani, y dejándolos “sembrados” con el fuerte paso; atrás, el grupo ya no estaba unido, y Fastástico y Chavela, se adelantaban gracias a su mejor ritmo, seguidos por El Capo, y Byron, y más atrás, sufriendo un tirón que lo ha venido aquejando, Tabáres; luego, Javierín, El Condor, El Profe, y por último Juangui y El Animal.
Durante este trayecto, pudimos disfrutar de la hidratación de Bedoya, quien a falta de entrenamiento, parece querer dedicarse al oficio de “aguatero” oficial, incluso se vió con algunos kilos de más; El médico poco antes de coronar la cumbre, recibió una llamada, que le decía “dígale a Bedoya que baje por mí, que ya pasé el peaje”, con desconcierto identificó la voz: Tabáres.
Ya en el alto de Minitas, se encontraba sosteniendo una elegante bandera a cuadros: El monito, quien junto a Chepe y Rastrojo, habían decidido esperar un rato, para ver las caras de sufrimiento de los demás Marielo’s.
Total el orgullo, y no es para menos, por haber terminado, sin incidentes lamentables, una epopeya ciclística como esta; gracias, muchas gracias a todos…………….