La reunión fue emotiva y el saludo caluroso, como lo fue también la mañana de este domingo veraniego del mes de las “lluvias mil”, claro que sin asistencia perfecta, ante la deserción de dos grupos de integrantes, quienes por diversos motivos decidieron no acompañar al lote Marielo’ en su recorrido a Montebello.
Los 17 ruteros se congregaron en los alrededores de Envigado, partiendo hacia el sur por la avenida Las Vegas hasta desviar en inmediaciones de Sabaneta hacia la autopista, donde nuevamente girando a la izquierda se continuó hacia el punto cardinal más austral a un ritmo relajado que permitiera el saludo afable con el que nos reciben nuestros compañeros.
La conversación giró alrededor del siguiente reto, que en esta ocasión consistirá nuevamente en el famoso alto de Letras, pero en esta ocasión con recorrido que incluye municipios inéditos para pernoctar como el de Santa Rosa de Osos, donde según versión de Carlomagno, se podrá disfrutar de un refrescante, saludable y reparador baño en aguas termales.
El paso por el municipio de Caldas fue mero trámite, y rodamos juntos durante el largo trayecto que nos llevó al famoso centro del SENA, ya muy cerca de iniciar el ascenso por el costado norte del coloso alto de Minas; hasta este punto la armonía fue fácil, pero al iniciar los 9 kilómetros que nos llevarían a la cima, contamos con la desafortunada situación de dar alcance a un lote uniforme que rodaba pausadamente en representación de un motel de Itagüí.
Al verse alcanzados los mentados personajes, y cuando los íbamos a superar, decidieron aumentar su velocidad para evitar dicha situación, por lo que dos Marielo’s decidieron trasgredir la norma que indica rodar en grupo y máxime cuando nos encontrábamos tan lejos del objetivo del día, para enlazarse en una verdadera batalla con los moteleros.
El primero en cambiar de ritmo fue el Animal, llevándose consigo a dos de los colegas del grupo émulo, por lo que el Médico decidió gastar sus famélicas reservas para intentar descorazonar a los extraños, sin que el primero entendiera las pobres posibilidades del segundo por lo que continuó aumentando la velocidad llevando consigo a los ‘motivados’ integrantes del grupo Motel Motivos.
La estrategia entonces fue una catástrofe; mientras el grueso del grupo Mariela’ encabezados por Leña rodaba a un ritmo uniforme, los dos pajarracos sufrían al verse superados por dos de los foráneos, y aunque el Animal solamente fue superado por uno de ellos, el segundo fue superado por dos forasteros y por el propio Leña, que sin el menor esfuerzo llegó algunos segundos antes que el resto del lote Marielo’.
Triste desenlace para la pretendida demostración del par de aves de corto vuelo que no reconocieron sus aún enormes limitaciones de entrenamiento y quisieron superar a otros que les demostraron que todavía están en pañales; mientras la madurez y compañerismo de los demás se demostraba una vez más; claro que quienes no pudieron seguir el ritmo del lote fueron el Profe, Monito y Sancocho, que sufrieron más de la cuenta, y ante la extensa y extenuante jornada realizada el día anterior, la categoría V ni siquiera terminó el ascenso, permitiendo que Ana acompañara al grueso del grupo.
Ingeniero reapareció justamente gracias al tremendo cansancio que le dejó la jornada ciclística del sábado, impidiéndole irse para su finca a terminar el fin de semana; al acompañarnos en este domingo, decidió junto a Rastrojo, Magnelly y Míster hacer solamente parte del recorrido programado y más bien al detenerse, tomar unas “frías” que en algunos casos mezcladas con gaseosa mejoran ostensiblemente la sensación de sed; el pobre Míster hasta ahora empieza a entender por qué el manubrio insistía en irse hacia los lados después de los 8 ‘refajos’ que ingirió.
Los demás hicimos la bajada hasta Versalles, donde desviamos nuestras flacas a la izquierda y tomamos la carretera con la vista más agradable que adorna estos lares, desde allí el precipicio que acompaña el flanco derecho, permite a lo lejos contemplar la inmensidad de la cordillera central y el cañón que forma con la cordillera occidental, con imponentes riscos de verdes intensos y laderas tostadas por el incesante sol que lleva meses castigando nuestra geografía, nos acercamos a Montebello.
Pocos metros antes de ingresar en el casco urbano, en un defecto corto sobre la vía, Yerno chuzó el neumático delantero, pero insistió en que alcanzaba a llegar al sitio de retorno y tenía razón por que llegamos sin novedad, excepto claro por la desinflada llanta del susodicho; mientras los más diestros se encargaban de solventar el percance, el Animal consumía litro y medio de leche entera con bocadillo (dulce de guayaba), lo que hizo que todos rehuyeran la rueda trasera del mismo en el camino de regreso.
Fue solo iniciar el retorno, y Leña advirtió a Yerno que debía pasar el bache, que le había dañado la rueda delantera, sentado sobre el sillín de la bici; muy agradecido el mencionado se afanó a sentarse una vez iba a pasar el daño en la vía y tan pronto depositó su zona isquiática sobre el asiento… pinchó!, pero esta vez la rueda trasera. El primero en adjudicar el percance al peso del Yerno fue el descardo de Leña, que además de indicarle inadecuadamente, mofaba de la desgracia ajena, que vergüenza…
“Más vale una llanta de cincuenta mil, que una cantaleta de Carlos Sanín!” fueron las palabras repetidas por Monito, pero Carlomagno fue el más acucioso en la ayuda requerida por Yerno, y también el primero en notar que la llanta se había roto significativamente, por lo que se corría el riesgo de no puder continuar rodando; pero de forma salvadora, Miguel tenía un parche grueso que fue utilizado como ‘zapato’ para reparar el daño y de veras que quedó muy bien, pues no hubo ningún otro percance mecánico durante esta refrescante salida.
Como ya se está volviendo costumbre, disfrutamos de la flaca durante todo el viaje de vuelta, y solamente se rompió la simetría del grupo en la detención para el reabastecimiento que fue realizada en Versalles, corregimiento de Santa Bárbara, donde como por variar el Profe hizo gala de su enorme apetito y engulló tanta comida como todos sus compañeros juntos.
Se notó la indudable emoción que sienten los integrantes del grupo ante la tradicional salida de semana santa, que finalmente se conoció fue programada para el eje cafetero y que permitirá una vez más superar el reto anual que la semana mayor ha permitido durante ya mucho años al Mariela’s Cycling Leña Racing Team.
una aclaración, Médico cometiste un "lapsus linguae" pero no oral si no escrito, Santa Rosa de Osos es en el departamento de Antioquia. Supongo te referías a Santa Rosa de Cabal en el Risaralda.
ResponderEliminarCorrecto, Animal... craso error!
ResponderEliminar