El fin del mundo, la profecía Maya!

En esta ocasión con la enorme expectativa de la profecía maya, nos acercamos nuevamente al cambio de calendario, y como no podemos dejar pasar esta importante ocasión, máxime sin saber a ciencia cierta si termina el 21 o el 31 de diciembre, pues nos despedimos de un año mas de disfrutar del mejor regalo del mundo: la vi… perdón la bi… cicleta.

Sin duda alguna más tradicional que la “alborada” es el Mariela’s Cycling Leña Racing Team, y el orgullo que sentimos cada uno de sus integrantes al sabernos parte de este selecto grupo de gomosos, nos permite despedir una nueva temporada con la misma alegría con que la comenzamos, y esperando que los indígenas centroamericanos se equivoquen, prepararnos para la temporada que se acerca.

Esta temporada dejó infinidad de experiencias y recuerdos, que sin duda nos han servido para crecer no solamente como grupo, sino en lo personal a cada uno de los que tuvimos el privilegio de compartirlas; como olvidar el enorme lote ciclístico que se dirigió en febrero hacia Amalfi, para una vez más disfrutar de las bendecidas tierras del norte y nordeste antioqueño, y el consejo (regaño) que publicó desde Australia Alejo al ver en las fotos como utilizábamos toda la carretera, como si no estuviese habilitada para carros; o la controversia respecto al desorden que se presentó en las primeras salidas y que fue superado simplemente con el compromiso de todos.

La ausencia completa de algunos como Ronjano, aunadas a la temporal de otros como Paila que se trasladó a otro departamento, o el Ingeniero que se dedicó a cuidar el enorme vientre que adquirió después de mucho sacrificio nutricional, o de Tabares que sacrificó las salidas con la coartada del entrenamiento de su equipo, pero que curiosamente se acababa de casar, o Juandiego que apareció fugazmente sin lograr mostrar sus condiciones, por lo que se resguardaba en la siguiente salida; y al mismo tiempo la asidua presencia  y compromiso de todos para que se siga consolidando esta institución llamada MCLRT, hoy nos tienen  orgullosos por una nueva temporada exitosa.

El periplo de semana santa, es otra de las actividades que se está convirtiendo en una tradición para el equipo, y desde ya nos preparamos para la próxima, algunos en lo físico, otros en lo psicológico, otros en lo laboral y hasta en lo familiar, pero todos convencidos de la enorme satisfacción que generan nuestros “retos ciclísticos”.  El año que termina será recordado por la mini vuelta a Colombia, que durante 4 extenuantes jornadas, llevó al grupo a 5 departamentos, y a coronar una de las cumbres más duras de nuestro país, para regresar cargados de vivencias y alegría; el año entrante, aunque tengamos que llevar a los mayas, sin duda repetiremos, pero con nuevos recorridos, para llenar nuestros centros de memoria con buenos recuerdos.

También será recordada la llegada a la familia de nuestro insigne Sancocho de dos integrantes, el primero a comienzos de temporada, cuando desde la isla británica llegó sin bombos ni platillos, pero que se ganó un lugar en el MCLRT con su entereza y amor por la bici, y la segunda finalizando el año, al parecer como consecuencia de la visita extranjera, llegó Wendy Mariela, que orgullosa lleva el nombre de tan prestigioso conglomerado ciclístico.

No podremos olvidar el lánguido estado de forma del otrora vigoroso Animal, quien incluso se atrevió a asegurar que el nimio rendimiento se debió a la carencia de la CX1, que sin duda llevará en el 2013; o la increíble incapacidad por tres meses que cumplió en cama nuestro famoso Oscarice, por una escoriación en el codo izquierdo; y ni hablar de las incontables ausencias por causas médicas del inefable Pala, que simplemente por ser mas sensible que la mayoría, fue llamado injustificadamente ‘hipocondriaco’;  lo que si podremos y vamos a olvidar es la fuerza con la que subía las duras cuestas el Profe, que llegó a ser comparado con un DC3, pues aunque es el más pesado del lote, subía más rápido que todos, mientras sus motores rugían atronadoramente, y será olvidado, porque cuando se vio en riesgo de no llegar con los punteros, simplemente se tiró contra el pavimento para romper en mil pedazos su clavícula y así tener excusa para no seguir mostrando su forma.

Aunque todos aportaron mucho para el lote y de esta forma con los integrantes del mismo, nos haríamos eternos al tratar de comentar las experiencias de cada uno; pero llevamos en el fondo de nuestra memoria lo mejor de todos y se los agradecemos sinceramente.

La fiesta de despedida, en esta ocasión fue un festival futbolístico que disfrutaron más los acompañantes que los jugadores, quienes sin excepción deberán quedarse de ciclistas, pues el ridículo se debe hacer solo una vez al año.

A todos, un enorme abrazo, que el camino siga teniendo el viento a favor y que cada proyecto sea tan exitoso como las salidas con el grupo; que junto a sus familias esta temporada sea una estrecha vivencia de amor y fraternidad, que la tan ansiada felicidad siga construyéndose para todos y los sueños sigan edificándose con brío.

Feliz navidad!! Y un año nuevo lleno de felicidad y bicicleta!