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lunes, 16 de mayo de 2011

Que alivio, poder compartir este clima...

Un gran grupo de gomosos se reunió en el sector del Palacio de Exposiciones, para dar inicio a esta nueva fiesta del pedal. Entre charlas y risas se cumplió el saludo protocolario, que por ser este el de una enorme familia, fue tan efusivo como cada domingo; allí apareció el señor Marín, quien explicó que en este mismo lugar, se encontraría con Conrado y Bedoya, quienes por “falta de forma”, no han acompañado al grupo durante mucho tiempo, por lo que definitivamente, seguirán siendo por ahora: Los guacharos.
El primero en iniciar la marcha, fue como la mayoría de las veces Morita, quien fue seguido de cerca por Magnelly, y después uno a uno, los cerca de 35 ciclistas que iniciaron la jornada; quienes se ausentaron, enviaron su respectiva justificación, Javierín y Cuneta debieron laborar; sin embargo el Animalito siguió sin aparecer, y no se comunicó, por lo que de forma unánime, se decretó sanción para este tradicional integrante del lote.  Otro que no envió ninguna notificación, fue Urrao, que según se dijo, no pudo con el peso de su nuevo uniforme Mariela’, por lo que se negó a asistir a la cita, enviando un mensaje de texto que solo decía: “saludos”.
El recorrido tendía hacia abajo, lo que permitió en su paso por Bello, Copacabana y Girardota, departir sosegadamente sin muchos afanes; pero, como era de esperarse, al primer descuido, y aprovechando dos circunstancias de carrera (el paso por el peaje, y el adelantamiento del fotógrafo encargado), el pájaro d’oro, lanzó un lastimero ataque, al que sin embargo, rápidamente respondió Juanduque, para adelantarse tan solo unos metros al grueso del pelotón.  En esta tendenciosa intención, parece que el Monito, perdió el remanente de sus fuerzas, pues en adelante no se dejó ver por la parte delantera del grupo.

En ese punto, el lote era gigantesco, pues por el relajado ritmo, fueron muchos los deportistas que no resistieron el anhelo de rodar con tanta alegría y jolgorio; es por esto, que incluso se vio ponerle el pecho a la brisa, al famoso Abelardo Ríos, otrora estandarte de nuestro ciclismo por el mundo.  La calma parecía un pacto indestructible, hasta que al descender Hatillo, Paila emprendió un acelerón, que impulsó el ritmo por encima de los 50 Km/h, haciéndo parecer al grupo una larga lombriz de carreras. El Médico, realizó el primer relevo, y se le vio fruncir el ceño, cuando pasaron el Profe, Masajes, Pantani, y varios juveniles que se encontraban en el lote, y que no perdieron la oportunidad para mostrarse. El trayecto hasta Barbosa pareció ser de un par de kilómetros, por la rapidez con la que se realizó; y cuando se pensaba que se bajaría la intensidad, los antes mencionados juveniles, por el apretón de Pala y Masajes, continuaron a gran velocidad, para que el ascenso se iniciara rápidamente.
Una vez comenzada la cuesta, el Médico se adelantó, impidiendo que el grupo tomara un segundo aire, lo que hizo que muchos se rezagaran desde el primer kilómetro, claro que un poco más adelante, adelantaron al osado Marielo’, que perdió rápidamente la rueda de Paila, Pantani, Tabáres, y los juveniles, quienes se alejaron raudos en busca de la cima. Pala, realizó una excelente subida, llegando al estadero con solo unos segundos de retraso, mientras a Gaviota lo seguía de cerca al increíble Sancocho; luego, se vería ascender el único grupeto que permaneció unido, formado por Leña, Carlomagno,  Abelardo Ríos, y el famoso Curita (invitado), mientras un tándem formado por Suarez y Oscarice (Helado) los veía a lo lejos. Después, uno por uno fueron llegando el Médico, Masajes, Juanduque, Zurriburri, Profe, Villegas, Monito y Magnelly, que fue el último de los osados que desafiaron esta loma, mientras Omarduque y Morita ni siquiera lo intentaron.
Después de llegar todos, se descendió rápidamente, pues nos esperaba el avituallamiento, y ante el extenuante esfuerzo, el deseo de degustar alimentos era irrefrenable.
Una vez en el estadero de Molino Viejo, pudimos comentar las incidencias y sensaciones de la dura subida, y compartir otro ameno momento, aprovechado además, para dar un toque de trapo a la bici por parte del Marielo’ de siempre, y Masajes apretar unas tuercas. Saludamos otros importantes lotes ciclísticos, que a su paso gritaban emocionados: Marielassss’…
El regreso, se inició con paso suave, dando tiempo a la digestión, y comentando las diversas situaciones ciclísticas, personales, familiares y hasta sociales, pues como dice el Monito, de lo único que no se habla es de política y de fútbol.  Al pasar una vez más por la ciudad de las piñas, una vez más, el lote se estiró, en esta ocasión por el paso sostenido que impuso el Médico, quien fue señalado como el combativo d’oro de esta jornada, y de nuevo el grupo uniformemente pareció una serpiente blanca, solamente desentonada por el uniforme de Oscarice, a quien se aconsejó comprar un uniforme más parecido al del resto del grupo!!
Bueno, claro que como se puede apreciar en algunos retratos, un joven deportista, vistió una casaca negra, y el famoso Edward, también presentó otro color de uniforme, pero, es que estos dos últimos eran tan solo invitados, pero Oscarice!!!
El repecho de Hatillo, midió las fuerzas restantes de estos héroes del pedal, y marcaron una inmensa diferencia del grueso del pelotón, con integrantes como Profe, Zurriburri y Monito, quienes tuvieron que ser esperados durante más de cinco minutos, por su enorme retraso.
Un ofendido Tabáres, pedaleo a rabiar sacándole chispas a la carretera, pues fue embestido por un ciclista, que con ajuar más apto para un día de playa, y con una bici “panadera” trató de superarlo por el lado derecho, haciéndolo tambalear,  y decidido a dejarlo sembrado, aceleró de forma virtuosa, dejando regados a varios de los Marielo’s asistentes a este chequeo dominical.
Sin embargo, en Niquia se reagrupó el lote completo, mientras los primeros en llegar pudieron ver el bochornoso espectáculo brindado por los hinchas del fútbol, que esta vez consistió en un hincha verde blandiendo un enorme machete, mientras varios fanáticos rojos le lanzaban piedras en plena autopista. Sin consecuencias, nos reagrupamos alegremente, y se continuó el regreso con la satisfacción de una nueva jornada espectacular, tanto por el clíma y recorrido, como por la mejor compañía que se puede disponer.
Mil gracias, por su dedicación, entrega y respeto mutuos.
Desde ya la invitación para el próximo domingo, degustar otro exquisito plato ciclístico, en compañía de una gran familia del pedal.

3 comentarios:

  1. Ehhhh médico, que bueno que vuelve y nace nuestro blog, felicitaciones excelente crónica

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  2. Si Eduardo pilas con dejar de escribir.
    Saludos al animal y que vuelva.

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  3. Excelente crònica, muy alegre e interesante. Muy Buena descripciòn.
    Byron Gil G.(zurriburri).

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