No podíamos perder la madrugada, por eso, a pesar de que la
lluvia pretendió socavar los ánimos del grupo, pudo más el coraje y ganas de
sus integrantes, para completar esta dura jornada de bielas y pedal.
Muy temprano, el contingente de Envigado comenzó a rodar,
pasando como era su cometido faltando 10 minutos para las 6 a.m. por el palacio
de exposiciones, por lo que en una de sus acostumbradas confusiones, el Animal
llegó al sitio después de que el lote pasara, y se puso a tomarle fotos a su
flaca mientras esperaba, en esa labor lo encontró el Médico, quien a pesar de
insistirle que el grupo debería ir adelante, se dejó convencer por el primero y
se mantuvieron en el lugar, a donde al poco tiempo llegó Magnelly, quien
acompañado por Barriga, Rastrojo y Ana María, había recibido el mensaje
equivocado del Animal.
Una llamada contestada por Urrao, confirmó las sospechas de
estar retrasados, y que el lote rodaba ya por la autopista, más adelante de la
UdeA, por lo que este pequeño lote de retrasados, comenzó la persecución, con
tal empuje, que se desprendieron Barriga, Médico y Animal, quienes con fuerte
paso dejaron rezagados a los otros tres desafortunados demorados.
Al conocer en el lote la persecución de la que era objeto,
hubo comentarios sobre lo merecido de que estos individuos tuvieran que gastar
más energías, “para que aprendan” diría Pala, e inmediatamente se aceleró el
ritmo, a pesar de lo cual uno par de kilómetros después del primer peaje, los
tres primeros retrasados se encontraban rodando cobijados por el numeroso lote
Marielo’, que a su vez rodaba con algunos foráneos que como siempre se ven
tentados a rodar con tan fastuoso conjunto.

Como era de esperarse el ritmo fue pausado, pues la
conciencia de la enorme longitud que se rodaría en este día,
hizo que quisieran preservar la mayor cantidad
de energía en este inicio de jornada; lo que no suponían era que poco después
de pasar por Girardota, lo que inicialmente fue una leve llovizna, poco a poco
se convertiría en un chubasco que impregnó sus cuerpos de barro y el asfalto de
charcos que dificultaban la marcha.
Por un momento se dudó sobre la continuación del trayecto,
incluso se escucharon voces como la de Pala, solicitando devolvernos e ir hasta
Bolombolo por el sur, que se suponía estaría seco; pero la decisión estaba
tomada y se continuó pasando por Barbosa y Santo Domingo, donde la carretera
estaba menos mojada y la lluvia amainó parcialmente, para llegar a Porce (La
negra), que los esperó con fuerte aguacero.